De los tres ingredientes de la felicidad que nombrabamos: la salud, el dinero y el amor, el amor parece ser la que más se acerca a sentirse feliz. Aun así, la relación entre sentirse feliz y amor, aunque es la más significativa de las tres, no es del todo evidente.
Cuando hablamos de amor no me refiero tan solo al amor de pareja o sexual. Cuando hablo de amor me refiero a relaciones de amor de todo tipo: parejas o amantes, padres e hijos, familia en general...
Y es que la relación que existe entre sentirse feliz y el amor no es comprendida por lo que a cantidad se refiere, es decir, no se valora como a más amor, más felicidad. Es la calidad de la relación lo que nos permite sentirnos felices o no.
Si se trabaja en cosechar una relación sana, ésta nos aportará experiencias positivas que desembocarán a la vez en emociones positivas que contribuirán a sentirnos felices, y en definitiva, a sentirnos bien. En palabras del psicólogo John Locke: "Los hombres olvidan siempre que la felicidad humana es una disposición de la mente y no una condición de las circunstancias"
cariños y sonrisas
Irene
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Cariños y sonrisas