miércoles, 29 de enero de 2014

5. Conectarse con la inocencia

¿Alguna vez han observado a los niños construyendo castillos de arena en la playa? Son una delicia de contemplar, totalmente absortos en lo que están haciendo. Corren de aquí para allá, llenando sus baldecitos para hacer su castillo cada vez más alto. Cuando por fin éste se encuentra en todo su esplendor, esperan con emoción que la marea venga y lo destruya. Luego, felices, comienzan de nuevo, construyendo otro castillo.
¿Creemos que antes de empezar a construirlo, ellos pensaron, "No debemos construir aquí porque al rato la marea va a venir y lo va a destruir"? Ellos no piensan así. Cuando las olas vienen, ¿hay angustia? No. Sólo la emoción del próximo proyecto, un nuevo momento, ya que, intuitivamente, abrazan la creación y la destrucción como partes naturales de la vida.
Vuelvan a ser como esos niños otra vez. Abracemos la simplicidad y la espontaneidad, y dejemos de lado los cuestionamientos, los controles y las opiniones del intelecto. Si podemos revivir la inocencia perdida de la infancia, y al mismo tiempo, mantener la madurez y el sentido de responsabilidad que hemos adquirido como adultos, la vida se transformará de maneras que ni siquiera podemos imaginar.
Hasta mañana, cariños y sonrisas
Irene

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Cariños y sonrisas