Esto tiene que ver con los tics que nos molestan (o nos "traumatizaron" en la infancia) de nuestros: madre, padre,
hermano, etc.
Cada vez que nos moleste una frase, un gesto, una actitud, ampliemos el foco y descubramos qué es lo
que quiere decir por detrás de lo literal.
Quizás son simplemente pautas
aprendidas, vicios de relación que se repiten por inercia. Pero, detrás de esas
pequeñas inercias, ¿hay amor?
¿Creemos que podemos contar con esa persona?
Si es
así, hay que agradecerlo mucho, dentro y fuera de nosotros. Y sácalo al exterior.
Démosle un beso, un
abrazo, una sonrisa o una frase en la que mostremos interés por la otra persona.
Alguien tiene que empezar a romper la pauta de acción-reacción en los malos
rollos familiares.
Pronto recibiremos el
agradecimiento de la otra persona por no haber hecho más grande la bola de mal
rollo que nos lanzó.
Y, así, la relación se irá saneando y nosotros cada vez nos sentiremos más confortables y felices en familia.
Cariños y sonrisas
Irene
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Cariños y sonrisas