La felicidad (que
siempre está ahí, dentro del ser humano, reinando en su isla de paz, interior)
sólo se manifiesta cuando la desenterramos de todos los engaños, exigencias y
condiciones externas.
Entonces,
descubrimos que está siempre y no depende de condiciones externas.
Este tipo de
bienestar abraza y acepta las visitas de las condiciones externas y los deja
pasar sin dejar de ser los mismos de siempre.
La felicidad no
desaparece cuando llega una visita-condición-molestia, para regresar cuando
ésta se va. (No sería una buena anfitriona...)
La alegría de la
paz interior permanece siempre, con visitas o sin ellas.
Esa es la única
felicidad real.
Lo demás (alivios)
sólo son diferentes versiones o manifestaciones del sufrimiento.
Desarrollar un sentimiento de felicidad
auténtico y permanente sólo depende de nosotros.
Hasta mañana, cariños y sonrisas
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Cariños y sonrisas