- Cuando el compañero de trabajo (o, peor, el jefe) es muy competitivo y creemos que sabotea tu trabajo.
Dan ganas de
machacarlo, ¿verdad? Y así el machaque se hace mutuo y el mal rollo no se
acabaría nunca.
Probemos mirarle
con otros ojos, fuera de nuestros condicionamientos, y ver cómo es de verdad, fuera
de sus condicionamientos.
Pensemos si compartimos
aficiones y si hay lugares comunes donde nos podríamos encontrar: en el gimnasio,
en el mercado, en el cine, comprando libros.
Pensemos en su familia, las personas
a las que cuida, sus frustraciones personales. Y pensemos si tenes algo para
aportarle. Y hagamos el intento de ofrecércelo.
Salgan por un momento
de las circunstancias que los mantienen enfrentados y vean realmente, la persona
y sus necesidades.
Si nosotros cambiamos, algo cambiará en la relación!
Nos sentiremos
aliviados al mejorar la situación; agradecidos a la otra persona por ser un poco
menos nuestra enemiga, y orgullosos de nuestra capacidad para transformar las cosas y del
poder del amor.
Nos sentiremos felices!
Hasta mañana, cariños y sonrisas
Irene
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Cariños y sonrisas