No hay nada que sea más inspirador que la naturaleza.
La mayoría de la veces cuando fantaseamos regresar a una vida menos tumultuosa casi siempre implica vivir en el esplendor de las montañas, los bosques o de un valle, en una isla, cerca al mar, o al lado de un lago.
Estos deseos son universales, pues la naturaleza ha sido creada por la misma Fuente que nos creó a nosotros. Estamos constituidos por las mismas sustancias químicas de la naturaleza.
Nuestro deseo de simplificar y de sentirnos inspirados y creadores es impulsado por el deseo de ser nuestro "yo" natural, es decir, la naturaleza de nuestro yo.
Así que caminemos o acampemos en el bosque; nademos en un río, lago o en el mar; sentémonos frente a una fogata, montemos a caballo, o esquíemos en la nieve.
Esto no significa que tengamos que darnos unas vacaciones largas ni planearlas con meses de anterioridad: no importa dónde vivamos, a pocas horas siempre habrá un parque, campamento o sendero que nos permitirá disfrutar de la sensación de estar conectado con todo el Universo.
Conectémonos con la belleza de la sencillez, la armonía con la vida, el infinito colorido, el olor de las estaciones, la inspiración de paz, la alegría de disfrutarla y admirarla, el arte supremo diseñado por la erosión del viento y el agua. Cariños y sonrisas
Irene
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Cariños y sonrisas