viernes, 9 de marzo de 2018

CONSECUENCIAS FÍSICAS DEL RECHAZO

El rechazo también tiene consecuencias físicas El rechazo duele.
De hecho, un estudio de la Universidad de Michigan ha descubierto que tu cuerpo libera las mismas sustancias cuando sufres un rechazo social que cuando nos damos un golpe.
El sistema analgésico del cuerpo se activa durante un rechazo como si reaccionara frente a una agresión física.
Los autores del estudio se atreven a señalar que las personas más sensibles a los rechazos podrían tener algún problema en la producción de dichas sustancias analgésicas por lo que les costaría más recuperarse de una experiencia social negativa.
El rechazo en el entorno laboral
Las conclusiones de este estudio demuestran dos cosas:
1. Es normal que el rechazo nos afecte. Lo antinatural sería lo contrarío porque nuestro cuerpo está preparado para responder a él. Si alguien nos dice que no le afecta, nos está mintiendo.
2. Hay personas que genéticamente podrían ser más sensibles al rechazo. Por mucho apoyo emocional que reciban quizás nunca puedan ser capaces de eliminarlo del todo, así que no nos preocupemos si ése es nuestro caso. Empecemos a aceptarlo.
Pero a veces ese miedo es útil, aprovechémoslo
Tener miedo al rechazo no es malo per se. Los miedos tienen una función.
Son un instinto humano diseñado para mantenernos despiertos y a salvo.
Sin embargo, demasiado miedo puede paralizarnos e impedir que consigamos precisamente aquello para lo que nuestro miedo nos estaba preparando.
¿Por qué a veces tenemos demasiado miedo?
Ocurre porque confundimos los temores reales con los imaginarios e interpretamos creaciones mentales como amenazas físicas. Entonces respondemos como si fueran riesgos vitales poniendo en marcha mecanismos de supervivencia.
¿Qué riesgo real existía en que nos acercáramos a charlar con un desconocid@ en una fiesta? Conducir es un millón de veces más peligroso (hay alrededor de de un 0,1% de probabilidades de morir) y no nos pone nervioso. Nuestra mente estaba confundiendo los miedos ficticios con los reales.
Fijémonos en que las cosas buenas o interesantes de la vida como un trabajo nuevo, una cita, el nacimiento de un hijo o la creación de nuestra primera empresa van acompañadas de miedo porque existe la posibilidad de fracasar, y el cuerpo usa nuestro miedo para darte la energía necesaria para prevenir esos fracasos.
Con el miedo nuestro cuerpo nos está dando combustible para que pasemos a la acción, huyamos o nos paralicemos.  Nosotros decidimos.
La realidad es que no podemos decidir tener miedo o no, es irracional, pero en cambio sí que podemos decidir cómo usamos la energía que nos proporciona: si quedar  paralizados, huir, o superar esa situación.
El miedo al fracaso y al rechazo es lo que da a la gente la motivación necesaria para prevenirlos.
Usémoslos sabiamente.
Cariños y sonrisas
Irene

1 comentario:

  1. hola desearía poder saber si este taller tiene algún costó y/o done puedo hacer las consultas referentes al temario otro soy de lima pero radico en Puno y si el tema lo das via página de acceso o tienes material bibliográfico para poder investigar el tema

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Gracias por tu comentario.
Todo me alienta para seguir buscando y compartiendo artículos que nos hagan sentir mejor y con mayor bienestar psicológico.
Cariños y sonrisas