jueves, 8 de marzo de 2018

DE DÓNDE NACE EL MIEDO AL RECHAZO?

Como suele ser habitual en la mayoría de comportamientos, su origen se puede explicar de dos formas: la innata (evolutiva) y la adquirida.
Probablemente tiene mucha más importancia la segunda y en cualquier caso es la única sobre la que tenemos margen de maniobra.
Es innato o sea que lo hemos heredado…
La explicación evolutiva es que los seres humanos hemos desarrollado una necesidad interior de ser aceptados y de encajar en el grupo porque en el pasado ser rechazados del seno de una familia o tribu podía suponer la muerte.
Ir solo por la jungla a buscar alimento puede ser bastante peligroso, ¿no les parece
Y lo adquirido o sea que lo hemos aprendido
La explicación psicológica es mucho más compleja y se basa en todas aquellas experiencias que han dejado huella en nuestro carácter y personalidad a lo largo de nuestra vida, como por ejemplo que la primera persona a la que pediste salir nos rechazara de forma cruel.
Es por este motivo que la reacción de pánico al rechazo se puede entender como un condicionamiento negativo: con tal de evitar un estímulo negativo como una mala cara, una negativa o un desprecio, evitamos repetir situaciones en las que hemos sido rechazado en el pasado.
El temor al rechazo también se fundamenta en  autoconcepto (cómo nos vemos a nosotros mismos) y nuestra autoestima (cómo nos sentimos con nosotros mismos):
A todos nos gusta sentirnos gente fantástica. Si nos rechazan la realidad choca con nuestro autoconcepto. ¿Cómo voy a ser fantástica si no le gusto a la gente?
Eso genera disonancia, conflicto mental y afecta nuestra autoestima.
Mina nuestro orgullo. No somos tan fantásticos como creemos.
Para evitar ese conflicto no exponemos socialmente
A no ser que tengamos la autoestima a prueba de bombas es probable que le demos bastante importancia a la opinión de los demás sobre nosotros.
Pero si la consideración que tenemos de nosotros mismos depende esencialmente de la aceptación del resto de la gente, tenemos mucho trabajo por hacer.
Porque nunca podremos agradar a todo el mundo.
En mi caso esto fue especialmente cierto durante una etapa de mi vida:
Siempre he tenido un "relativo" buen concepto de mí misma. He logrado sacar buenas notas cuando tenía que hacerlo y he conseguido aquellos trabajos por los que he peleado. Sin embargo en un momento de mi vida este autoconcepto me provocó una gran aversión al rechazo. 
Huía de las situaciones en las que alguien pudiera hacerme ver que quizás no era tan genial como yo me creía. Quería mantener mi autoestima intacta, pero el hecho de no ser capaz de asumir riesgos era precisamente lo que estaba afectando mi autoestima. Supongo que todavía me quedaban restos de ese miedo porque también dudé bastante antes de empezar este blog y lo pospuse varias veces. ¿Y si a la gente no le gusta lo que escribo? ¿Y si no estoy a la altura de las expectativas?
Finalmente entendí que la única persona a la que debo gustar es a mí mismo.
Cariños y sonrisas
Irene

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Cariños y sonrisas