En su cabeza no dejan de preguntarse qué estará pensando la gente de ellos.
Esa búsqueda constante de aceptación es un tremendo error.
Un círculo vicioso.
Nuestra aceptación tan sólo puede venir de nuestro interior, no de los demás, porque cualquier palabra, mirada o gesto de alguien siempre podrá ser malinterpretado como un rechazo cuando en realidad no lo es.
Nunca podremos estar seguro del todo.
Un excesivo temor al rechazo puede crear un patrón de comportamiento muy peligroso en nuestra vida.
Puede conseguir que sintamos que no somos lo suficientemente buenos, que somos unos fracasados.
En nuestras relaciones sentimentales nos puede convertir en un obseso y celoso compulsivo, o destruir relaciones que tan sólo acababan de empezar poniéndonos a la defensiva desde el principio, negándonos la oportunidad por el solo hecho de tener miedo que nos rechacen, por lo antes, nos vamos nosotros antes.
Cariños y sonrisas
Irene
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Cariños y sonrisas