NUESTRAS RELACIONES AMOROSAS Y NUESTRA RELACIÓN CON NUESTROS PADRES

¿De verdad la relación de los padres tiene tanto impacto -como algunos defienden- en las relaciones futuras de los hijos? 

La experiencia parece decir que sí. 

La ciencia nos dice que si la relación de los padres es positiva, es más probable que los hijos tengan relaciones saludables y no sucedería lo mismo al revés. 

No obstante, hablamos de estadísticas y siempre puede haber excepciones.
Tenemos que tener en cuenta el primer modelo de relación romántica y de convivencia que tienen los niños es el que pueden observar en sus padres o en la pareja con la que convivan. En este sentido, el entorno tiene mucha influencia sobre los más pequeños de la casa. 

Aquello que ven, también les afecta y puede condicionar o influir en alguna de sus acciones muchos años después.
En ocasiones escuchamos frases del tipo: «son muy pequeños, no se enteran de nada». 

Pero esto no es así!

Los niños lo absorben todo, de manera que lo que pasa a su alrededor influirá en las relaciones que establezcan en el futuro.
La relación de los padres está siempre presente en las nuestras
sin darnos cuenta. 

Puede ser, por ejemplo, una de las causas que nos haga elegir siempre como parejas que en el fondo no encajan con nosotros. 

Por  ejemplo si la relación de nuestros padres ha estado dominada por los altibajos, de manera que podemos tender a buscar una persona que nos dé sobre todo estabilidad, cuando lo que necesitamos por nuestra forma de ser es a una persona muy dinámica.
Carinos y sonrisas
Irene

ENAMORARNOS DE NUEVO O EVITARLO POR MIEDO?

Siempre se dice que  «Es mejor haber amado y perdido que nunca haber amado en absoluto»-Alfred Lord Tennyson-
Ahora bien, el hecho de haber vivido en piel propia una amarga traición o, sencillamente, percibir que el amor se ha apagado en el corazón de nuestra pareja cambia mucho el modo en que vemos las cosas. 
Dar amor con intensidad durante una época determinada, para después quedarnos vacíos y enclaustrados en la habitación de los recuerdos y las ilusiones perdidas, cambia muchas veces la arquitectura de nuestra personalidad.
No falta quien se vuelve desconfiado, e incluso quien desarrolla poco a poco la fría y férrea coraza del aislamiento donde interiorizar el clásico mantra de «mejor no amar para no sufrir«.
Nunca debemos arrepentirnos de haber amado, de habernos arriesgado a un todo o nada por esa persona. 
Son esos actos los que nos dignifican, los que nos hacen ser humanos y maravillosos a la vez. 
Vivir es amar y amar es dar sentido a nuestras vidas a través de todas las cosas que hacemos: nuestro trabajo, nuestras aficiones, nuestras relaciones personales y afectivas…
Si renunciamos a amar o nos arrepentimos por haberlo ofrecido, renunciamos también a la parte más hermosa de nosotros mismos.
Sea como sea, quedan claras algunas cosas que es necesario inocular en nuestro corazón a modo de vacuna. 
Ningún fracaso emocional debe vetarnos nuestra oportunidad de ser felices de nuevo. 
Digamos «no» a ser esclavos del pasado y eternos cautivos del sufrimiento.
Otro aspecto que es bueno recordar es que amar no es sinónimo de sufrir. No alimentemos esperanzas o alarguemos el «chicle» de una relación que de antemano tiene fecha de caducidad. 
Una retirada a tiempo salva corazones y un adiós valiente cierra una puerta para abrir otra, esa donde el amor se conjuga siempre con la palabra FELICIDAD.

Carinos y sonrisas
Irene

LA FAMILIA: TESTIGO DE LOS RECUERDOS

La familia se ha visto ligada al contexto de la situación histórica de la sociedad en la cual se desarrolla.

Viktor Frankl, célebre neurólogo y psiquiatra austriaco, sobreviviente de dos campos de concentración, dice que la única cosa peor que el sufrimiento, es que el propio sufrimiento se vaya sin testigos, es decir sin que la familia sea testigo. 
Los recuerdos en familia nos permiten capturar los buenos y los malos momentos. 
Hay recuerdos que se quedan en el corazón porque son parte de las tradiciones familiares que no se olvidan. 
Papá y mamá nos permitieron compartir en familia momentos inolvidables. 
En familia se disfruta mejor todo, porque se convierte en algo nuestro, y es parte de nuestros recuerdos más preciados.
De ahí el valor de la familia como primer círculo de recuerdo, de heredera de ese legado.

OPTICA PARA ELEGIR PAREJA

Para reforzar nuestro «sistema inmuno-emocional» es necesario conocernos y querernos para elegir sabiamente a la pareja que haga crecer nuestra felicidad. 
Además, como paso previo, antes de intentar encontrar la felicidad con el otro, es recomendable que la hayamos encontrado en soledad.
«Debemos aprender a disfrutar de la compañía de la única persona que seguro que nos acompañara el resto de nuestras vidas: nosotros mismos».
Se debe elegir pareja desde la madurez
Es importante tener presente que los miembros de una pareja deben respetarse y ser capaces de elegir, desde la libertad y no desde la necesidad o dependencia, estar juntos. 
Desde esta nueva óptica, no estaremos en una relación porque necesitemos estar con alguien para rellenar el vacío que sentimos con el amor de otra persona, sino que construiremos una relación de pareja porque, a pesar de poder estar solos, preferiremos estar con el otro.
La elección de pareja realizada desde el corazón, pero teniendo en cuenta nuestras propias necesidades y deseos, hará posible una relación de refuerzo mutuo. 
Ahora bien, conseguir este tipo de dinámica depende de ambos miembros de la pareja.
La clave de una buena relación de pareja está en el uno del otro. 
Para poder lograrlo, es importante saber cuidar de nosotros mismos, conocernos y amarnos bien para poder amar mejor.
Carinos y sonrisas
Irene

ES SIMPÁTICA NUESTRA FORMA DE COMUNICARNOS?

Cómo nos comuniquemos determinará que tipo relación, de cualquier tipo, tendremos. 
Una comunicación eficaz es comprender el punto de vista del otro y hacer entender el mío; discutir con respeto enriquece  nuestras miras, nuestras formas de ver el mundo y  repercute directamente en nuestra autoestima y en el afecto de los demás.
Consejos para mejorar tu comunicación
 1 – Mantener un buen lenguaje corporal. Levantar la cabeza, echar los hombros hacia atrás, no cruzar los brazos y mantenlos en posición de apertura, mirar a los ojos y ¡Sonreir!. 
La sonrisa es el lenguaje internacional, todo el mundo la entiende y es la mejor de las bienvenidas. 
No dejes de sonreír aunque por dentro no tengas ganas. 
Sus efectos son tremendos. Tu vida mejorará si sonríes.
2 – ¡Escuchar!. Vivimos tan preocupados de lo que vamos a decir, de dar una buena imagen, de tener una conversación que sea interesante, que no escuchamos a los demás , y de esa manera nuestra comunicación se deteriora. 
Fíjate, ¡tenemos dos orejas y una sola boca!, así que escucha, entiende qué te están contando, haz que la otra persona se sienta escuchada, que se sienta importante. 
Y te darás cuenta que tu respuesta será mucho más adecuada y acertada si has escuchado primero
3 – No te quejes constantemente.Si nos quejamos todo el tiempo, vemos el mundo como un lugar agresivo, con un enfoque negativo y sufrirás más. 
Además, aburrirás a los que te rodean y terminarán por minimizar tus quejas y no tomarte en serio
4 – Pregunta si no entiendes qué te están diciendo. La calidad de tu respuesta va a depender de entender qué se te está pidiendo. 
También, habrá veces que no sabrás la respuesta. 
¡Nadie tiene todas las respuestas! sabemos  poco o mucho de algunos temas, y de otros no tendrás ni idea pero no tienes porqué preocuparte porque eso nos pasa a todos
5 – Reflexiona. Si te enojas, reflexiona un instante. 
Detrás de cada emoción desagradable, hay una pena.
¿Puedes cambiar el enojo o la tristeza por una petición directa? Por ejemplo: “estoy enojada porque no me has llamado” por “Pepe, te he echado de menos, me gustaría que mañana nos viéramos”
6 – Usa el YO y evita el TÚ. Si no has podido realizar el paso previo y continúas enojado o triste, expresa tus sentimientos, y hazlo expresándote desde el YO: “me duele, me disgusta..” y evita usar el TU : “tú me has hecho, tú me has dicho”
7 – Se concreto. Especifica qué te molesta y describe la conducta en forma clara y concisa y por supuesto, no insultes: 
Cambia “eres un vago, nunca me ayudas” por “los platos están sin recoger, podrías levantarlos”. 
En una discusión, evita la ironía o el sarcasmo. Habla desde la honestidad y sinceridad. 
No es cuestión de agredir, sino de solucionar.
8 – Haz cumplidos. Dile a la gente lo que te gusta de ellos. Y no sólo a los conocidos sino también a todos los que te rodean
Harás que se pongan contentos y de ese modo odo la relación mejore.

Estos son algunos consejos que te pueden útiles. 
Sin embargo, cuando cuando nos sentimos muy incomunicados, que no nos entienden en forma muy marcado , y ésto llega a interferir en vuestra vida, lo más recomendable es acudir a un profesional.
Carinos y sonrisas
Irene

CÓMO SOBREVIVIR A LA INCERTIDUMBRE ACTUAL?

Para gozar de una buena salud mental recurramos a nuestros amigos. 
Hay que contar con un círculo social, una red de apoyo, unos amigos con los que compartir buenos y malos momentos y personas con las que puedas contrastar tu propia vida y que tengan una visión diferente.
La familia puede ser uno de tus pilares en la vida, pero no descuides tu vida social porque el aislamiento y la sensación de soledad son las vías más rápidas para caer en relaciones tóxicas de dependencia y en infinidad de trastornos del ánimo.
También buscar aficiones ¿Qué te gusta hacer? 
Bailar, patinar, correr, hacer surf, escalada, ir a museos, conciertos o tocar un instrumento. 
Escribir, dibujar, el cine, las series, quedar con los amigos, pasear por el parque, redecorar la casa, aprender inglés. Tranquilo, solo te estamos dando ideas, no hace falta que hagas todo esto, pero para mejorar tu salud mental en 2020 tienes que cultivar el bienestar. 
¿Y eso cómo se hace? Pues dedicando tiempo a hacer las cosas que te gustan, con las que te sientes bien, las que te sacan una sonrisa o las que consiguen que saques a la luz tus habilidades, tu creatividad, tu don.
Cariños y sonrisas
Irene

COMO NO VOLVERNOS "LOCOS"EN ESTOS TIEMPOS DIFÍCILES,

Son consejos muy simples para cuidar tu mente y tus emociones 
Vamos al médico cuando nos duele una pierna, un brazo o la cabeza, pero no vamos al psicólogo cuando tenemos dolor emocional. 
Un dolor emocional no curado se convierte fácilmente en un trastorno de ansiedad o en depresión, por decir dos de las dolencias más comunes. 
¿Por qué no cuidamos nuestra salud mental como cuidamos la salud física? Si al fin y al cabo están tan relacionadas. 
Pero no te vamos a pedir que dejes de fumar ni que te apuntes a clases de inglés. 
Y tampoco te vamos a recordar que tienes un gimnasio estupendo en tu barrio. 
Nada de eso. 
puedes ir al psicólogo
¿En manos de quién vamos a poner nuestra salud mental? Sin duda, la mejor opción es ir al psicólogo. 

No hace falta que estés sufriendo un trastorno emocional para ir a este profesional, no esperes a que la depresión te hunda y tampoco dejes que los prejuicios te impidan pedir ayuda a quien de verdad puede ayudarte.
Si te sientes agotado mentalmente, si no te atreves a tomar decisiones, si las emociones están desbordadas, si te sientes perdido o no le encuentras sentido a la vida, acude a un psicólogo como prevención. 
Porque al fin y al cabo, la prevención es la clave para gozar de una buena salud, también mental.
Además, seguro que has oído hablar del Mindfulness, ¿verdad? 
Puedes incorporarlo a tu rutina diaria y enseguida querrás que forme parte de tu vida para siempre.
¿Tienes 10 minutos al día? Sí, los tienes. 
Solo tienes que sentarte con la espalda recta o acostarte y respirar.
Respirar conscientemente, fijándote en el camino que recorre el aire desde que entra por la nariz hasta que vuelve a salir por la boca. 
Apartando suavemente cualquier pensamiento (bueno o malo) que te aleje la atención de tu respiración. 
10 minutos de tu tiempo que serán la mejor inversión que harás en tu vida.

Espero que estos consejos te sirvan

cariños y sonrisas

Irene 

SOMOS INSEGUROS? CONOZCAN LAS CAUSAS

La inseguridad es un estado psicológico que nace de la baja autoestima y de la falta de confianza en uno mismo y puede llegar a ser un gran impedimento en nuestra vida cotidiana. 
Las personas inseguras tienen dificultades en muchos ámbitos de su día a día: en el trabajo, en las relaciones sociales, estudios... Y es que sentirse que uno no es suficiente nunca es un peso muy grande del que debemos librarnos.
Definimos la inseguridad personal como un estado en el que no somos capaces de confiar en nuestras propias destrezas y sentimos que no respondemos a las expectativas que nos imponemos. 
La inseguridad personal y emocional suele estar muy relacionada con una baja autoestima y una imagen negativa de nosotros mismos. 
A su vez, la autoestima baja puede ser provocada por diversos factores. Destaquemos las siguientes:

Estilo de apego inseguro: durante los primeros años de vida, nos definimos a partir del afecto y del apego que recibimos de nuestros padres y/o cuidadores. 
Un tipo de apego negativo está relacionado con la inseguridad emocional y la baja autoestima.
Presión externa: en la sociedad actual, y en la familia, vivimos constantemente presionados a cumplir un sinfín de expectativas que, en muchas ocasiones, llegan a ser una carga psicológica muy importante.

Expectativas demasiado altas: como hemos comentado en el punto anterior, obligarnos a cumplir unas metas demasiado exigentes puede provocarnos mucha frustración si no las alcanzamos todas. 

Como consecuencia de dicha frustración, nos sentimos mal con nuestro desempeño y eso provoca un alto nivel de inseguridad personal.

Experiencias negativas o traumáticas: 

otra de las causas más frecuentes de la inseguridad en uno mismo es el hecho de haber pasado por un suceso traumático como puede ser una relación de abuso, o maltrato físico y/o psicológico.

carinos y sonrisas
Irene

COSAS PARA HACER CUANDO UNO SE SIENTE DEPRIMIDO

Si estás deprimido, lo mejor es que hagas algo al respecto: las depresiones no se curan solas. 
Aparte de pedir ayuda a un médico o terapeuta, hay cinco cosas que puedes hacer para encontrarte mejor. 
Ejercicio físico. Anda a paso ligero de 15 a 30 minutos cada día, o baila, corre o monta en bicicleta, si lo prefieres. 
A las personas deprimidas no les suele apetecer estar activas. Pero, de todos modos, oblígate a hacerlo (pídele a un amigo que te acompañe si lo necesitas para estar motivado). En cuanto hagas del ejercicio un hábito, no tardarás mucho en percibir un cambio positivo en tu estado de ánimo. 
Aparte del ejercicio aeróbico, algunas posturas de yoga te pueden ayudar a aliviar los sentimientos depresivos. Prueba la postura del perro con la cabeza hacia abajo o la de piernas arriba contra la pared (puedes encontrar estas dos posturas en sitios de Internet sobre yoga). Hay otros dos aspectos del yoga: los ejercicios de respiración y la meditación, que también pueden ayudar a encontrarse mejor a la gente deprimida. 
Cuídate alimentándote bien. 
La depresión puede afectar al apetito. 
Cuando están deprimidas, a algunas personas no les apetece nada comer, pero hay otras pueden comer demasiado. 
Si la depresión ha afectado a tus hábitos alimentarios, tendrás que tener muy presente la necesidad de alimentarte bien. 
La nutrición puede influir en el estado de ánimo y el nivel de energía de una persona. 
O sea que come abundante fruta y verdura y sigue un horario de comidas regular (aunque no tengas hambre, intenta comer algo ligero, como una pieza de fruta, para seguir adelante). 
Identifica los problemas, pero no les des vueltas.
Intenta identificar las circunstancias que han contribuido a tu depresión. 
Cuando sepas qué es lo que te ha hecho sentirte triste y decaído y por qué, habla sobre ello con un amigo que te aprecie. 
Hablar es una forma de dar rienda suelta a los sentimientos y de recibir algo de comprensión. 
Una vez hayas aireado esos pensamientos y sentimientos, 
centra la atención en algo positivo. 
Actúa para solucionar tus problemas. 
Pide ayuda si la necesitas. 
Sentirse conectado con los amigos y la familia puede ayudar a aliviar los sentimientos depresivos. 
Y tú también puedes ayudarles a sentir que pueden hacer algo por ti en vez de limitarse a ver lo trise que estás. 
Exprésate. 
Cuando una persona está deprimida, puede tener bloqueadas la creatividad y la capacidad para disfrutar de las cosas. 
Ejercita tu imaginación (pintando, dibujando, haciendo garabatos, cosiendo, escribiendo, bailando, componiendo música, etc.) y no sólo conseguirás que fluyan tus jugos creativos sino que es posible que también experimentes emociones positivas. 
Dedica tiempo a jugar con un amigo o con tu mascota o haz algo divertido a solas. 
Encuentra algo de qué reírte; como una comedia, por ejemplo. La risa ayuda a levantar el ánimo. 
Intenta fijarte en el lado positivo de las cosas. 
La depresión repercute sobre los pensamientos de las personas, haciendo que todo parezca negro, desastroso, triste y negativo. Si la depresión te está haciendo fijarte solo en lo negativo, haz un esfuerzo para fijarte en las cosas buenas de la vida. 
Primero intenta identificar una cosa positiva, luego intenta buscar otra más. 
Considera tus puntos fuertes, tus dones y lo afortunado que eres. 
Y, sobre todo, no te olvides de tener paciencia contigo mismo. La depresión requiere tiempo para curarse.
cariños y sonrisas
Irene