sábado, 18 de julio de 2020

TIEMPOS DIFÍCILES Y BIENESTAR EN CASA

Tiempos difíciles como los que ha generado la covid-19 también es una buena oportunidad para incorporar hábitos saludables a nuestra vida diaria. 
Sentirse bien es importante, más que nunca!
Los mandatarios más ambiciosos han parado sus países, la industria ha frenado sus motores, la cultura ha bajado el telón y la población mundial aprueba un severo confinamiento. 
¿El motivo? Todos reconocemos que la prioridad es estar sanos.  En situaciones como la de ahora, podemos observar y medir cómo es nuestro bienestar y una oportunidad para aprender rutinas que hacen crecer nuestra calidad de vida. 
Algunas de las recetas neurocientíficas del bienestar (en casa) son estas:
CUIDA TU POSTURA. Nuestro cuerpo "le pone el cuerpo" a nuestros estados mentales, pero la postura de nuestro cuerpo escribe también el guion de nuestra mente. 
Diversos grupos de investigación observaron que, cuando nuestra postura es inclinada, encorvada o encogida, nuestra capacidad de memoria y atención es más débil, nos fijamos más en lo negativo y somatizamos más el estrés. 
Técnicas que nos pueden ayudar a dar cuenta de la postura y corregirla son las basadas en yoga, taichi o chi-kung. 
Recientes estudios científicos han mostrado que realizar estas técnicas mejora la comunicación neuronal, activa las áreas cerebrales involucradas en las emociones y la idea de nosotros mismos, y regula el sistema neuroendocrino, clave para la gestión del estrés.
Consejo: para evitar que nuestro cerebro se fije más en lo negativo y cree hábitos de miedo, se propone realizar al menos 15 minutos diarios de estiramientos o prácticas de yoga, taichi o chi-kung.
RESPIRA BIEN Y LENTO. Nuestro cerebro sabe en cada momento cómo estamos respirando, pero lo novedoso (para las neurociencias) es que esa información es utilizada por nuestras neuronas para potenciar o empobrecer nuestra atención y memoria. 
La Universidad de Chicago mostró que la respiración nasal influye en la respuesta emocional del cerebro, no así la respiración bucal. 
Hacer más lenta la respiración nos permite potenciar nuestras capacidades cognitivas y sentir el bienestar en nuestro cuerpo.
Consejo: para que nuestro cerebro no aumente la sensación de dolor, modere la respuesta emocional y potencie la atención y memoria, se propone respirar por la nariz (un truco para conseguirlo es acostumbrar a la lengua a descansar en el paladar) y realizar 10 minutos de respiración nasal lenta (seis respiraciones por minuto).
CORAZÓN CONTENTO. Recientemente se han publicado varios artículos científicos que muestran que interpretamos la realidad según sea la conversación entre nuestro cerebro y nuestro corazón, hasta el punto de influir en la percepción del dolor o como vemos una escena. 
La música del corazón hace bailar al cerebro. Pero ¿interpreta siempre la música deseable? 
Nuestro corazón escribe una sinfonía con cada pulso cardiaco, y cuanto más flexible sea (mayor variabilidad cardíaca tenga, en lenguaje científico), mayor inteligencia cognitiva y emocional tendremos. 
Lo bello es que esta sinfonía es la adecuada cuando estamos contentos, o nos divertimos, según muestra un estudio reciente. La neurociencia más vanguardista nos sugiere, por tanto, que la alegría armoniza ese baile entre el corazón y el cerebro.
Consejo: para que nuestro cerebro interprete el mundo que nos rodea de forma más saludable y siga a un corazón armonioso, se propone recrearse en las noticias alegres, buscar el lado positivo de cada situación, reírse de uno mismo y divertirse un rato cada día.
SILENCIO CEREBRAL. Uno de los artículos más célebres de la ciencia moderna dice así: una mente dispersa es una mente infeliz. 
La cantidad de recuerdos, imaginaciones y diálogos que asaltan nuestra mente es incalculable. O al menos lo era hasta hace unas décadas, cuando la Universidad de Washington midió la disipación de energía que supone estar en dicha ensoñación, sin tener control sobre la atención consciente. 
Rara vez estamos en el presente. Y es lo que debemos tratar de hacer todo el tiempo
Los beneficios de una vida "en presente" se podrían resumir en una mejora del sistema nervioso, inmune, endocrino y cardiovascular. Es decir, en todo.
Consejo: para que nuestro cerebro esté más calmado y nos sintamos más satisfechos, sea consciente de algunos de los actos que componen su día (la ducha, las sensaciones del cuerpo al estar sentado, asomarse a la ventana a aplaudir o cantar) y disfrute del silencio (prescindiendo un rato de la música, televisión o el habla).
Estamos ante una situación compleja que tiene un evidente lado dramático, aunque es también una oportunidad para adquirir hábitos saludables, para conocer y conocerse mejor, pero sobre todo para afianzar los pilares de lo que más importa: estar bien.
Carinos y sonrisas
Irene

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Cariños y sonrisas