miércoles, 5 de agosto de 2020

CUIDADO CON EL SINDROME DE LA CABAÑA Y LOS NIÑOS

En la actualidad, cuando las medidas de confinamiento comienzan a relajarse, el ‘síndrome de la cabaña’ aflora, pues hay personas que viven la vuelta a la calle con angustia e inseguridad.
¿Y qué pasa en los niños? ¿También pueden padecer estos miedos?  
«Con los niños haría un punto y aparte. Los distinguiría. 
Hay varias razones por las que no pueden querer salir a la calle. 
Tras tanto tiempo expuestos a noticias en las que recomendaban quedarse en casa por el peligro y la gravedad de la situación, muchos niños sienten miedo a salir, y van a mostrarse inquietos y nerviosos a la hora de salir a la calle. Además, pueden mostrar excesiva preocupación por cómo vamos a salir, si hay riesgo de contagiarse de enfermedades y qué podemos encontrarnos.

También puede haber una sensación de comodidad y además porque son una esponja para detectar el estado de ánimo de los adultos. 
Y si el adulto se muestra inseguro, él también asume esa inseguridad. Los niños se contagian, sin darse cuenta, de los estados emocionales de los adultos. 
Y puede que no tenga ese miedo, sino que lo reciben del entorno que les rodea».Lage
Por ello es muy importante cómo vivan la desescalada por parte de sus padres, su mayor referencia, siendo muy importante cuidar lo que dicen pero también sus actos.
Para superar este proceso y que a nadie le cueste salir a la calle, la psicóloga recomienda exponerse paulatinamente al miedo, manteniendo la motivación y comenzando por acciones sutiles. 
En este sentido y de cara a favorecer la salida de este «síndrome de la cabaña» no es necesario que el primer día de confinamiento te obligues u obliguemos a los niños a salir a una hora que determinada, así como no será necesario que el primer día tengan contacto con un grupo aunque sea pequeño o acudan a un cumpleaños o a la plaza. 
Basta con que, en esos pasos hacia la desescalada, te permitas y les permitas a ellos a experimentar a su propio ritmo las nuevas sensaciones que conlleva. 
Por ejemplo, podría tratarse de bajar únicamente a la acera durante unos minutos y poco a poco ir aumentando la distancia fuera de casa.
Como siempre, espero que les sirva
Cariños y sonrisas
Irene

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Cariños y sonrisas