miércoles, 14 de octubre de 2020

LA COMUNICACIÓN CON LOS AMIGOS, LA PAREJA, CON LA FAMILIA EN PANDEMIA

La comunicación es el eje fundamental para que toda situación quede bien resuelta y sea positiva para todos los personas que intervenimos en ella. Ya sea con un a
migo, con un compañero de trabajo, con nuestro jefe, nuestra pareja… Es lo que llamamos comunicación efectiva. 
Ahí entran muchos factores (el entorno, tipo de relación, estado emocional desde el que hablo, el momento en que me emito el mensaje, el lugar… y por supuesto lo mismo para el que recibe el mensaje).
Dada la situación actual mundial que estamos viviendo por el covid-19 y el aislamiento, nuestros pensamientos definen mucho cómo afrontaremos el día de hoy y como saldremos de ello cuando ésto pase. 
Los pensamientos son la suma de las palabras. 
Tenemos un diálogo interno continuo (lo que nos decimos a nosotros mismos) que va a ser detonante de la comunicación con el resto (palabras, tono, gestos….). 
Pregúntate de qué palabras alimentas generalmente tus pensamientos, si son más optimistas o pesimistas (no se, no puedo, no soy capaz, que pensarán de mí, difícil, imposible…)
Llevándolo a la sobreinformación que estamos teniendo ahora mismo. ¿Cómo se queda tu ánimo (sentimientos) después de escuchar el noticiero o leer prensa? 
Te quedas más con palabras como muerte, infectados, contagiados, riesgo, …O te quedas más con palabras como solidaridad, ayuda, voluntarios, buena gestión…
¿Cómo lo 
maneja tu cerebro, cuál es tu emoción predominante y tu comportamiento?
Hay muchos estudios sobre optimismo que demuestran sus beneficios positivos. Para uno mismo y para su entorno.
El optimismo (o la falta de él) se refleja en todos nuestros mensajes (conscientes e inconscientes) y ahora más que nunca además en los mensajes. 
Algunas de las palabras negativas y pesimistas que vemos que se usan con frecuencia en los correos electrónicos o WhatsApp incluyen: malo, desafíos, queja, preocupación, conflicto, difícil, error, falla e imposible.
Pregúntate si usas regularmente 
alguna de esas palabras. Y luego, revisa algunos de tus propios mensajes recientes para encontrar algunas palabras negativas o pesimistas que usas habitualmente y no facilitan la comunicación efectiva.
Vuelve a escribirlos y esta vez, exprésate con un lenguaje más optimista (no lo vamos a reenviar pero sí notarás el cambio en tí mismo y te servirá para tomar conciencia y hábito).
Tener más optimismo no solo mejorará tu satisfacción personal sino que l
as investigaciones científicas han demostrado que el optimismo puede ayudar a reducir el estrés de una persona.
A su vez, a menudo conduce a niveles más bajos de preocupación y ansiedad. 
Y esos son beneficios que cada uno de nosotros debería esforzarse por obtener y compartir con el resto.
Cariños y sonrisas
Irene

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Cariños y sonrisas