viernes, 4 de diciembre de 2020

CÓMO DARSE CUENTA DE QUE NOS ESTAMOS COMPARANDO CON LOS DEMÁS Y NI SIQUIERA NOS DAMOS CUENTA

A todos nos da vergüenza reconocerlo, pero solemos compararnos, de una forma u otra, con la gente que nos rodea. 
A veces para bien y otras para mal. 
Hasta cierto punto, compararnos es normal e incluso puede ayudarnos a mejorar. 
Sin embargo, hacerlo en exceso puede provocar en nosotros ciertos comportamientos obsesivos que no harán otra cosa más que causarnos dolos o malestar. 
Compañeros de trabajo, familiares, amigos... 
Pocos se libran de esas comparaciones que pueden acabar siendo odiosas. 
1. Vivir en el pasado. Acordarse repetidamente de aquella antigua relación, de esos tiempos de juventud y pensar que cualquier tiempo pasado fue mejor son claros síntomas de que nos preocupamos demasiado de lo que ha ocurrido en nuestra vida. 
Este pensamiento no es beneficioso, primero porque nos impide disfrutar de la actualidad, segundo porque es difícil saber si antes éramos más felices e imposible saber si aquella vieja pareja es ahora más o menos feliz que antes y tercero porque la memoria es selectiva, por lo que es normal que recordemos con mayor fuerza aquellos momentos placenteros que los sinsabores.
2. Juzgar a los demás Es cierto que nuestra sociedad potencia el individualismo y que este factor provoca un comportamiento más egoísta en nosotros. 
Es habitual que juzguemos a las personas que nos rodean, y que no respetemos lo suficiente sus ideas y opiniones. 
Este tipo de comportamiento no es positivo y es un signo de comparación con el resto, porque demuestra que se está más pendiente de lo que hacen los demás que de lo que hace uno mismo. 
Conviene recordar que no se va a ser mejor por juzgar las actitudes de otras personas. 
3. Hacer pagar nuestros enojos al resto Todos conocemos a alguien que no para de compararse con el resto y esto le provoca enojos y una constante insatisfacción consigo mismo. 
Casualmente este tipo de actitud suele ir de la mano de un mal comportamiento hacia el entorno más inmediato que sufre las consecuencias de una insatisfacción con la que poco o nada tiene que ver. 
Esta envidia solo es la consecuencia de ser incapaz de medir los éxitos sin tener que compararse con otro. 
Cariños y sonrisas
Irene

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Cariños y sonrisas