martes, 23 de marzo de 2021

LAS CONSECUENCIAS DE LA GRATITUD:

Los científicos descubrieron que la gratitud estimula las vías cerebrales involucradas en los sentimientos de recompensa, formando vínculos sociales e interpretando las intenciones de los demás. 
También facilita guardar y recuperar recuerdos positivos. 
Incluso la gratitud contrarresta directamente los sentimientos y rasgos negativos como la envidia y la comparación social, el narcisismo, el cinismo y el materialismo. 
Como consecuencia, las personas que están agradecidas, no importa de qué, tienden a ser más felices y más satisfechas, tienen mejores relaciones y se les facilita hacer amigos, duermen mejor, tienden a sufrir menos de la depresión, de las adicciones y del agotamiento y son mejores para lidiar con eventos traumáticos.
En cierto modo, la gratitud hace que sea menos probable que caigas en una de las trampas psicológicas que la vida moderna te ha preparado, como por ejemplo el estrés, el apuro constante, etc
Por ejemplo, la gratitud contrarresta de manera medible la tendencia a olvidar los eventos positivos.
Imagínate estar solo y con ganas de tener más amigos. 
En realidad, es posible que tengas a alguien o incluso a varias personas que quieran pasar el rato, pero puedes sentir que esto no es suficiente, que eres un perdedor y te sientes mal contigo mismo, por lo que podrías rechazar sus intentos de pasar el rato y sentirte más solo.
Si te sientes agradecido por tus relaciones, en cambio, podrías aceptar invitaciones o incluso tomar la iniciativa.
Cuanto más a menudo corras el riesgo de abrirte, mayores serán las posibilidades de consolidar las relaciones y conocer gente nueva. 
En el mejor de los casos, la gratitud puede desencadenar un ciclo de retroalimentación.
Los sentimientos positivos conducen a un comportamiento más pro-social, que conduce a más experiencias sociales positivas que causan más sentimientos positivos.
Esta es una experiencia común después de dificultades graves como el encierro por la pandemia, por ejemplo. 
La vida la sentiremos asombrosa después de que la crisis ha termine o por lo menos, aprenderemos a gozar y agradecer los pequeños momentos.
Las cosas más pequeñas pueden ser fuentes inagotables de alegría, desde poder saborear, hasta simplemente sentarse al sol o conversar con un amigo.
Objetivamente, tu vida es la misma o incluso un poco peor que antes, pero tu cerebro compara tus experiencias actuales con los momentos en que la vida era mala y reacciona con gratitud.
Así que, en pocas palabras, la gratitud vuelve a centrar tu atención en las cosas buenas que tienes, y las consecuencias de este cambio, son mejores sentimientos y experiencias más positivas. 
Cariños y sonrisas
Irene

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Cariños y sonrisas