sábado, 22 de octubre de 2022

LOS CAMBIOS QUE CARACTERIZAN A ESA CUARTA DE EDAD DE LA QUE ESTAMOS HABLANDO

En esta era antiviejismo, los hombres usan cremas antiage sin ningún tipo de impedimento y hasta los más atrevidos y atrevidas se tatúan.
Las mujeres se miran al espejo, no escatiman seducción en las relaciones, lucen buena figura y van al gimnasio.
El viagrismo ha renovado la sexualidad y, con ello, un amor activo que ha posibilitado el amor después del amor generando mejores matrimonios o nuevas parejas después de viudez o separaciones.
Las estructuras de pareja y, por ende, las estructuras familiares, cambian el "hasta que la muerte" nos separe por el "hasta que la vida nos separe", puesto que el ser longevos expone más tiempo y riesgo para sostener una relación.
La longevidad muestra los avances tecnológico-médicos con resonancias y tomografías, y una farmacología avanzada que
posibilitan prevenir enfermedades y actuar sobre ellas.
En síntesis, el ser longevo lleva a constituir nuevas parejas que ensamblan familias, una sexualidad activa que otorga placer en una época en la que se daba por perdida, un abuelazgo activo y lúdico, una jubilación que encuentra personas jóvenes y activas, y duelos, enfermedades e internaciones geriátricas, que se viven cada vez más tardíamente.
En esta época, la cuarta edad modifica, entre otros, los ciclos evolutivos: la adolescencia se ha prolongado, la madurez se ha retrasado, las parejas se consolidan más tarde y más tarde es la venida de los hijos.
Vivir más implica tener más tiempo en vida a las personas que amamos, como también prolongar las situaciones compartidas. 
Por lo tanto, debemos cuidar las buenas emociones y sentimientos de las relaciones y darles perdurabilidad.
Ya que el cielo puede esperar, en la tierra construyamos situaciones de bienestar y felicidad.
Cariños y sonrisas

Irene


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Cariños y sonrisas