jueves, 13 de noviembre de 2014

4 Elementos que precipitan una mala decisión

Todos tomamos decisiones con frecuencia, unas más trascendentes que otras. Y esas decisiones tienen consecuencias, que unas veces son favorables y otras no.
Partiendo de ahí, vamos a detenernos en cuatro “trampas” que, a veces, pueden empujarnos a tomar alguna decisión inconveniente.
1. Creencias arraigadas
Si partimos de premisas erróneas lo más probable es que tomemos la decisión equivocada.
Por ejemplo, cuando alguien no se arriesga a involucrarse en una relación porque cree que no merece ser amado o cuando alguien se conforma con un trabajo que no le gusta, porque cree que no merece algo mejor.
Esas creencias son un auto-sabotaje y nos separan de lo que quizás podría haber sido una buena decisión.
Ser conscientes de que nos están influyendo es el primer paso para dejarlas atrás.
2. Incertidumbre
La incertidumbre causa ansiedad, por la falta de control que se experimenta. Es una situación realmente incómoda, muy estresante. Esto hace que, a veces, con tal de librarnos de esas sensaciones, nos apresuremos a la hora de tomar la decisión que sea. Y puede que no sea la más acertada.
La solución en estos casos pasa por darnos el tiempo necesario para decidir, con calma.
3. Miedo irracional
Cuando algo nos asusta tantísimo que dejamos a un lado la lógica, el miedo toma la decisión por nosotros.
Muy de mano con la incertidumbre, la manera de afrontar la situación pasa por ser capaces de tranquilizarnos lo suficiente como para poder analizar y sopesar los riesgos, sin olvidar las ventajas de cada opción que tengamos disponible.
4. Gratificación a corto plazo
Vivir el momento presente es maravilloso, pero siempre teniendo en cuenta que hay decisiones de ahora que arrojan consecuencias a medio o largo plazo.
Por ejemplo, cuando alguien decide fumar compulsivamente para aliviar la ansiedad, sin pensar en cómo repercutirá en su salud, o cuando alguien se queda la tarde entera viendo la televisión, porque es más divertido que terminar una tarea importante.
Por eso, no está de más que nos detengamos a pensar en los posibles efectos de las decisiones que tomamos. Ya que algunas de ellas, que parecen insignificantes, pueden acarrearnos consecuencias indeseadas.
Cariños y sonrisas
Irene

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Cariños y sonrisas