lunes, 24 de noviembre de 2014

CUANDO LA CULPA ES POR ALO QUE NO CUMPLIMOS


En algunos casos, las personas se sienten culpables por hacer cosas que se habían prohibido a sí mismas o por no actuar de acuerdo a los estándares que habían establecido.
Por ejemplo, podemos sentirnos culpables por cumplir  la dieta y comernos un dulce, o por no hacer un trabajo absolutamente perfecto.
Obviamente, si queremos mantener esa dieta o hacer nuestro trabajo lo mejor posible, la culpa puede servirnos de ayuda y puede ser positiva, siempre y cuando la manejemos correctamente cuando aparezca.
En estos casos, el mejor modo de manejarla consiste en considerarla una señal de aviso que nos da información que podemos utilizar para mejorar.
Por ejemplo, tras sentirnos culpables por comernos el dulce podemos pensar: “Está claro que si voy a un lugar donde hay dulces me cuesta bastante contenerme, así que la próxima vez me mentalizaré mejor o recurriré a alguna estrategia que me ayude, como beber agua, etc. Además, puedo tratar de evitar estos lugares en la medida de lo posible, pedir su colaboración a mis amigos, etc.”.
Es decir, la persona de este ejemplo está utilizando sus sentimientos de culpa para aprender algo de sí misma y buscar soluciones y estrategias para regular mejor su comportamiento y en vez de machacarse y criticarse a sí misma sin piedad.
Cariños y sonrisas
Irene
 

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Cariños y sonrisas