A veces, por mucho que intentemos reparar el daño causado, no es posible hacerlo.
Por ejemplo, nuestra relación con un amigo puede enfriarse mucho porque piensa que le hemos fallado a causa algo que hemos hecho.
Si, después intentar reparar el daño causado y hacer todo lo que está en nuestra mano para enmendarlo, nos damos cuenta de que no es posible, entonces es el momento de aceptarlo y seguir adelante.
Dado que ninguna persona es perfecta, es normal que a veces cometamos errores y, como consecuencia, podemos perder algo o a alguien que es importante para nosotros.
En este punto tan solo podemos aceptarlo y aprender la lección para que no se repita en el futuro con otra persona.
Por ejemplo, nuestra relación con un amigo puede enfriarse mucho porque piensa que le hemos fallado a causa algo que hemos hecho.
Si, después intentar reparar el daño causado y hacer todo lo que está en nuestra mano para enmendarlo, nos damos cuenta de que no es posible, entonces es el momento de aceptarlo y seguir adelante.
Dado que ninguna persona es perfecta, es normal que a veces cometamos errores y, como consecuencia, podemos perder algo o a alguien que es importante para nosotros.
En este punto tan solo podemos aceptarlo y aprender la lección para que no se repita en el futuro con otra persona.
En definitiva, si la usamos bien, hacerse responsable de nuestros errores, puede ser una emoción valiosa que nos ayuda a conocernos mejor, enmendar los errores, aprender nuevos comportamientos, hacer cambios positivos en nuestra vida y mejorar las relaciones con los demás.
Mal utilizada solo nos lleva al autocastigo y al dolor y no trae nada bueno.
Por tanto, usémosla bien y tendremos mucho que ganar!
Cariños y sonrisas
Irene
Mal utilizada solo nos lleva al autocastigo y al dolor y no trae nada bueno.
Por tanto, usémosla bien y tendremos mucho que ganar!
Cariños y sonrisas
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