Generalmente es por algo que ha sucedido en el pasado, pues nuestros miedos no son racionales y, en automático, siempre estamos preocupados de que algo pueda suceder, preocupados por el dinero, preocupados por las personas que amamos, preocupados por nuestros empleos, o por nuestras adicciones, en síntesis, por nuestro apegos.
Entonces, algo práctico para recordar: Cuando vemos ese movimiento de querer llamar por teléfono, preocupados, ansiosos, porque algo puede pasar, detengámonos.
Cuando sintamos esa tensión que desde dentro nuestro va hacia el afuera, allí paramos, no actuamos, sentimos qué emoción hay o simplemente nos abrimos a sentir qué condicionó eso y elegimos nuestra acción. ¿Qué elegimos?
Elijamos una acción de amor y no de miedo, elijamos la paz y así la podemos compartir, elijamos amarnos y así estamos siendo incondicionales con el amor.
Podemos ver que el miedo no es real ahora, sino algo del pasado que nos hace querer controlar, como si fuéramos a perder algo o se fuera a repetir esa situación.
Y así vamos a ir quitando esa energía, esa carga ligada al pasado que está tiñendo este momento presente y no nos permite crear algo nuevo sino que nos deja estancados en ese pasado, cuando éste es un momento nuevo: ¡ahora!
Cariños y sonrisas
Irene
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Cariños y sonrisas