En ocasiones la vida cierra algunas de sus puertas, porque es hora de seguir adelante
Y eso se convierte en una buena señal, porque a menudo no nos movemos a menos que las circunstancias nos obliguen hacerlo.
Cuando los tiempos son difíciles, hay que recordar que no hay un dolor que no venga acompañado de una buena enseñanza.
Y no solo porque se cae una vez durante la lucha, significa que estemos fallando.
Todo gran éxito requiere de toda una batalla digna para que pueda llegar a su fin.
Las cosas buenas se toman su tiempo, mantenerse paciente es una actitud positiva que hará que todo salga bien aunque las cosas no sucedan de inmediato y necesiten de su tiempo.
Recordemos que hay dos tipos de dolor: “el dolor que duele y el dolor que cambia”
Hay que tener siempre presente esto para que nunca rodemos con la vida sino que resistamos en ella.
Cariños y sonrisas
Irene
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Cariños y sonrisas