sábado, 2 de abril de 2016

HACER FRENTE A LAS CRÍTICAS

A nadie le gusta recibir críticas, ya sea en casa o en el trabajo. 
De hecho, la reacción más corriente suele ser negativa: ponernos a la defensiva, enojarnos o sentirnos decepcionados. 
Desgraciadamente, semejante respuesta no facilita las cosas, sólo sirve para encender aún más los ánimos del que nos critica. 
Por consiguiente, la situación empeora. 
En muchos casos suele haber un cierto grado de injusticia. Puede que el otro  nos esté lanzando sus críticas y no seamos responsables de lo que ha sucedido. 
Alguien que esté muy enojado no es probable que se moleste en reconocer este hecho. Sencillamente, desea hacer algo para aliviar su rabia.
No es fácil mantener la calma cuando nos están criticando, más si es sin razón. 
No obstante, es esencial estar tranquilo por varias razones:Si todos se enojan y se ponen agresivos, no se consigue nada. La situación será cada vez más difícil y el que critica verá en a nuestra actitud una razón más de reproche.
"Es gran virtud del hombre sereno oír todo lo que censuran contra él, para corregir lo que sea verdad y no alterarse por lo que sea mentira".
J. W. von Goethe (Escritor, historiador, filósofo y economista alemán).

Cariños y sonrisas
Irene 
 
. Es mucho más fácil enfurecerse que permanecer en calma. Si permite que las quejas de alguien le pongan de mal humor, lo más probable es que la siguiente persona a la que trate pague las consecuencias. Eso no sólo sería injusto, sino que daría a la otra persona una buena razón para quejarse.
. Si permite que otra persona le ponga nervioso, aumentará su nivel de estrés, y puede que su salud se resienta, especialmente si tiene por costumbre responder a la agresividad con agresividad. Los problemas de salud a corto plazo, como las cefaleas, el dolor de espalda o las contracciones estomacales son muy desagradables, pero si la situación se repite con frecuencia puede llegar a padecer hipertensión, úlceras o, en casos extremos, graves patologías cardíacas.
. Otra de las consecuencias de padecer demasiado estrés es que no es posible contenerlo. Es decir, si la tensión viene a raíz de una situación laboral y en el trabajo no tiene más remedio que reprimirse, ¿quién lo va a pagar cuando llegue a casa? Llévese el estrés a casa y se enfadará y estará irritable con su familia. Puesto que será injusto, puede que también respondan con malas palabras, y antes de que se dé cuenta habrá creado un conflicto. Lo mismo sucede cuando el problema proviene de casa. Usted acumula demasiado estrés y se lo lleva al trabajo; empezará el día de mal humor y todo lo que haga irá de mal en peor.
. Usted sabe que no forma parte de su trabajo perder los nervios con un cliente. Si se da cuenta de que no ha podido controlarse se sentirá mal el resto del día. Es posible que eso influya en su trabajo y que incluso cree roces con sus compañeros.

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Cariños y sonrisas