Terminaremos lastimándonos a nosotros mismo más de lo podrían hacerlo las personas a cuales le guardamos resentimiento.
El perdón no es sólo decir: “Está bien lo que me hiciste”, es poder decir: “No voy a dejar que lo que me hiciste arruine mi felicidad para siempre”.
El perdón es la respuesta, dejémoslo ir, encontremos la paz, ¡Liberémonos!
Y recordemos, el perdón no es sólo para las demás personas, también es para nosotros mismos.
Si es así, perdonémonos a nosotros mismos, superémoslo e intentemos hacerlo mejor la siguiente ocasión.
Cariños y sonrisas
Irene
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Cariños y sonrisas