viernes, 27 de julio de 2018

QUÉ HACER CUANDO PENSAMOS DEMASIADO

¿Pensamos demasiado? ¿Nuestro cerebro conversa solo y nos cuesta controlar tus procesos mentales?
Si queremos Vivir el Presente e impedir que nuestro cerebro nos interrumpa constantemente con pensamientos intrusivos, tenemos que meter en vereda los procesos mentales que nos distraen del momento actual, y nos llevan a lamentarnos del pasado o a preocuparnos por el futuro.
Hay formas muy efectivas de gestionar nuestros procesos mentales: la Meditación,  la PNL o la Hipnosis.
Pero muchas veces no tenemos la oportunidad.
Los pensamientos indómitos no esperan a que estemos a punto de realizar una sesión de Meditación, PNL o Hipnosis.
Estos pensamientos ninja nos asaltan cuando estamos conduciendo, en mitad de la calle, en la oficina, a la hora de comer…
Nos atacan de repente y nos hacen sentir mal en momentos y situaciones en las que no les podemos dedicar un tiempo y una atención específicas para reconducirlos.
En estos momentos son útiles las técnicas para dejar de pensar demasiado presentadas a continuación
En general son técnicas que puedes aplicar rápidamente, sin necesidad de estar en una situación determinada, sin otras personas y sin utilizar ningún objeto específico.
Sí es útil una quietud física. No es imprescindible y con la práctica también nos pueden funcionar en movimiento, pero la quietud nos ayuda a concentrar la atención en los sentidos.
1 – Mirar a un punto fijo
Fijar la atención en un pequeño punto fijo, aproximadamente a la altura de los ojos, justo delante de nosotros – es importante que los ojos miren al frente -, y que no esté demasiado cerca (mínimo unos 50 cms).
Ahora intentemos traernos una imagen mental, sin desviar la mirada del punto fijo.
Esto está basado en la PNL.
Cuando el cerebro accede a imágenes, sonidos o sensaciones de nuestra memoria, los ojos se mueven hacia diferentes posiciones (accesos oculares).
Pero también funciona al revés: bloqueando los accesos oculares, bloqueamos que el cerebro acceda a esas imágenes, sonidos o sensaciones de nuestra memoria.
Realmente no lo estamos impidiendo 100%, pero ya cuesta bastante más trabajo, y cuando hacemos esta técnica el cerebro deja de traerse recuerdos de forma espontánea.
2 – Concéntrate en tu respiración
Pongamos la atención en la sensación física del aire entrando y saliendo por nuestra nariz. Intentemos captar cada uno de los matices de esta sensación física.
Poco a poco el cerebro irá centrándose en lo corporal e irá calmando la generación espontánea de imágenes y sensaciones en nuestra mente.
Este es el funcionamiento de Mindfullnes pero nada nos impide hacerlo en cualquier otro momento, aunque no estés meditando específicamente.
Por ej. en la oficina: si estamos delante del computador o en una reunión, resulta muy fácil y discreto concentrarnos en nuestra propia respiración para tranquilizar la mente.
Cualquier otra percepción física serviría, como por ejemplo ser consciente del tacto de la ropa, o de los latidos del corazón. O también una referencia externa, como el tic tac de un reloj. Aunque la respiración es la más fácil y cómoda.
Hay más pero seguiré mañana, cariños y sonrisas
Irene

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Cariños y sonrisas