A no pocas personas sus amigos las clasifican de "obsesivo-compulsivas", aunque la verdad este término se refiere a un trastorno mucho más grave, el verdadero Trastorno Obsesivo Compulsivo es un desorden mental de orden clínico que afecta a alrededor de 2,3% de la población en algún momento de su vida..
Aún así, todos hasta cierto grado tenemos obsesiones y aquí revisamos las 10 más comunes y cómo combatirlas.
Pero los"pseudo-TOCs" cotidianos que son sentidos por la gran mayoría de nosotros, no sufre realmente el Trastorno Obsesivo Compulsivo.
Seguramente todos hemos sentido (a un nivel bastante más manejable) la ansiedad que produce que algo se salga de los patrones que consideramos cómodos y cuando nos damos cuenta de que nos estamos obsesionando con una tontería, pensamos que somos el primer y único ser humano en el planeta que lo padecemos… y nos da vergüenza reconocerlo.
Por eso, y para facilitar que podamos superarlos, elaboré un listado con los 10 "pseudo-TOCs" más comunes.
1.- Chequearlo todo: sufren con la posibilidad de que se les haya quedado enchufada la plancha o abierto el gas o la puerta de la casa sin seguro.
Son capaces de volver a revisar que todo esté en orden… aunque ya hayan salido hace más de una hora. Viven aterrados de que “pueda pasar algo”.
2.- La rayas de la vereda: no tiene mayor explicación ni sentido, pero el pisar las rayas del pavimento de la vereda podría desatar una catástrofe planetaria. Mejor no pisarlas, así nos evitamos problemas (?).
3.- Parpadeo: algunos sufren de parpadeos involuntarios incesantes como resultado de un tic (que no es lo mismo que un TOC), pero hay otras personas que lo hacen de manera voluntaria, buscando, por ejemplo, siempre parpadear en cantidades pares.
4.- La pasta de dientes: muy difundida es la obsesión por sacar la pasta de dientes del tubo de manera ordenada, de atrás hacia adelante.
No hacerlo, en algunos casos, puede generar hasta crisis matrimoniales.
Aquí hay firmes defensores de que esto no es en caso alguno una obsesión, sino un hábito práctico. (Ambos bandos pueden sacarse los ojos en los comentarios).
5.- Lavarse las manos: una, dos, tres, cuatro… hasta cinco veces, antes de comer o cocinar.
Hay casos en los que la piel se resiente de tanto jabón y agua, y a los afectados les salen llagas.
De hecho, el ítem “higiene” es caldo de cultivo para todo tipo de TOCs y obsesiones.
6.- Simetría: la búsqueda de la perfección puede alcanzar dimensiones insólitas, como aquellas personas que al sentarse a comer reordenan la disposición de los cubiertos, buscando que queden a igual distancia del plato.
La combinación perfecta de colores en la ropa también puede convertirse en pseudo-TOC. O el peinado… o el lustrado de los zapatos.
7.- Acumulación de cosas: sin necesidad de llegar al extremo del mal de Diógenes, la acumulación innecesaria de cachureos puede ser considerada un trastorno. ¿Cómo saberlo?
Si racionalmente sabemos que no tiene sentido conservar esas cosas (boletas, botellas, cables, folletos… “algún día podrían servirme”) pero en ningún caso estamos dispuestos a ordenar y botarlas.
8.- Terror al error: el miedo desproporcionado a equivocarse en cuestiones sin mayor relevancia se puede volver nuestro peor enemigo.
Y un error ajeno también puede ser sinónimo de sufrimiento. Por ejemplo: cometer o leer una falta de ortografía (¿algún grammar-nazi entre el público?)
9.- Dieta estricta: quien no es capaz de salirse un poquito de la dieta –un pedacito de chocolate junto al café, por ejemplo-, corre el riesgo de convertir su objetivo en una manía (o peor aún, en un trastorno alimentario).
10.- Sexo: este es muy común y rara vez nos percatamos de que se trata de una obsesión. Son muchas las personas que, de manera voluntaria, relacionan todas sus conversaciones a cuestiones de tipo sexual, buscándole siempre el doble sentido a lo que escuchan.
Y el listado podría continuar con la obsesión por el estado físico, las obsesiones religiosas (personas que rezan hasta para encontrar estacionamiento en el mall), los pensamientos existencialistas recurrentes, las supersticiones, los ludópatas y los denominados “dilatadores”, que disfrutan de la opción de dejarlo todo para más tarde.
¿Dónde está, entonces, el límite entre el natural deseo de hacer las ciertas cosas de un modo específico o una mera costumbre, y estos "pseudo-TOCs" que deberíamos evitar?
En que los primeros deseamos hacerlos, nos hemos propuesto hacerlos o lo hacemos sin siquiera darnos cuenta, mientras que los últimos nos incomodan y nos dominan, terminamos cediendo a ellos, no porque realmente los queramos, sino simplemente para que desaparezcan.
Pero mientras más los hacemos, más control toman de nosotros.
Para superar y liberarse de esos dañinos comportamientos esclavizantes, se requiere de un trabajo mental riguroso y mucha fuerza de voluntad.
Una técnica muy recomendada por especialistas es imaginar que los pensamientos obsesivos no son más que aire… para dejarlos ir tan rápidamente como llegaron.
Repitiendo este ejercicio una y otra vez es posible salir adelante. Y colgándonos de la terapia que se aplica a los TOC reales, forzarnos a controlar esos impulsos un poco más cada día, hasta que un día, hayan desaparecido y nosotros estemos nuevamente al volante de nuestra vida.
¿Tienes alguno de estos pseudo-tocs? ¿cómo haces para combatirlos? Cuéntame
Cariños y sonrisas
Irene