jueves, 6 de diciembre de 2012

ACEPTAR LOS FRACASOS Y APRENDER

Es archiconocida la frase “el conocimiento es poder”; pues bien… aceptemos el fracaso como un momento maravilloso de aprendizaje.
Hay dos cosas que ganamos cuando aceptamos los fracasos:
La primera es que abrimos nuestro corazón a las dimensiones de la humildad. Aceptar un fracaso, es de corazones humildes y, de esta manera, habremos triunfado ante nuestro ego herido, que no soporta ser vencido.
La segunda cosa importante que ganamos aceptando el fracaso es que, además del conocimiento y la humildad, la vida nos premiará con la capacidad de ser poderosamente más creativos, más ingeniosos; y siéndolo, tendremos las herramientas más preciadas para resolver los problemas.
Las cosas que no hemos resuelto, esencialmente son aquellas que primero hemos “censurado”; es decir, nos hemos autoimpuesto gigantes barreras por lo que nos extralimitamos a resolver situaciones en la vida. Todo esto sucede debido al poco o nulo compromiso con nuestra observación interior.
Desarrollemos nuestra genialidad, es decir, dejemos fluir en nosotros ese maravilloso genio interior que poseemos, que es inquieto y que quiere crear cosas nuevas, soluciones coherentes, que provee de respuestas para tomar decisiones inteligentes y evolutivas. Desarrollemos ese “genio” en nosotros.
Esa lámpara de Aladino, que al frotarla aparece el genio, es la alineación de nuestro corazón con la armonía y nuestra mente consciente enfocada en lo que realmente queremos para nuestra vida. Y para que ese genio aparezca, necesitamos dejar fluir nuestra esencia.
La humildad es uno de los mayores tesoros que poseemos y nos permitirá alejarnos del fracaso.
Dicho de otra manera: La humildad, es uno de los secretos por el cual se alcanza el triunfo y se lo conserva.
Consideremos que los fracasos y las adversidades tienen un propósito: enseñarnos algo. Formulemos las siguientes preguntas:
- A decir verdad ¿Los demás tienen la culpa de todo lo que me ha pasado?
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¿Estoy resentido, con rencor, por las situaciones que he vivido?
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¿Dejo ir de mi mente y mi corazón aquellas circunstancias que he atravesado?
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¿Por lo general pienso que siempre tengo la razón y que los demás están equivocados?
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¿Lo sucedido en mi vida, que me ha causado dolor, todavía siguen latentes en mi, y me siento incomprendido, que nadie me entiende?
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¿Cada vez que recuerdo mis fracasos, me deprimo y me quita las ganas de hacer cosas para mi crecimiento?
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¿Prefiero no hacer nada, antes que me vuelvan a lastimar?
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¿Prefiero no hacer nada antes de volver a fracasar?

¿Acepto mis fracasos?
- ¿He aprendido de mis fracasos y vicisitudes?
- ¿No me siento muy creativo, ni con ideas para resolver los escollos de mi vida?
Seamos positivos, apreensamos de ls errores, levantémonos y sigamos adelante:
Hasta mañana, cariños y sonrisas
Irene














































































































1 comentario:

Gracias por tu comentario.
Todo me alienta para seguir buscando y compartiendo artículos que nos hagan sentir mejor y con mayor bienestar psicológico.
Cariños y sonrisas