Una de nuestras maneras más habituales de perder energía y equilibrio es preocupándonos por cosas sobre las cuales no tenemos control. El mismo término "pre-ocupación" sugiere lo insostenible e infructoso de este hábito mental: simplemente no podemos ocuparnos de las cosas antes de que llegue su tiempo.
Claro, podemos fantasear sobre ellas, planificarlas, prepararlas, ensayarlas, pero sólo podemos ocuparnos de cada cosa cuando llega su momento.
Tal como no podemos rehacer algo que ya se hizo, no podemos “prehacer” algo que aún no se ha hecho, y como estamos constantemente surfeando en la cresta de la ola del presente, necesitamos de todo el cuerpo, y no solo de nuestra cabeza, para equilibrarnos en la tabla y entrar en el ritmo del mar.
Entrar en ese ritmo orgánico utilizando la sabiduría de todo el cuerpo es parte de la sabiduría que debemos cultivar a diario.
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