Si caemos en la trampa de la culpa, estaremos atrapados en una telaraña negativa: nos castigamos a nosotros mismos por nuestros errores y eso nos parece luego tan doloroso que acusaremos de nuestros errores a los demás.
Lo más probable es que eso nos haga daño tanto a nuestros propia autoestima como a nuestras relaciones con los demás. Hay que detener ese ciclo!!
Primero, aprendamos a no imponernos niveles imposiblemente altos para nosotros mismos. Muchos problemas parecen ser errores debido a definiciones poco realistas sobre lo que supone el éxito.
En cualquier caso, los errores son perdonables. Todos los cometemos. Aceptar los propios errores y aprender de ellos nos permitirá asumir la responsabilidad sobre sí mismo y desarrollarnos como individuos.
Solo sabeis hacer spam en meneame, menuda página mas mala es esta da pena
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