Para desarrollarse con total serenidad, hay que saber liberarse del sentimiento de culpa. Para ello, aquí tenemos algunos consejos oara tener en cuenta:
1. En primer lugar, hay que hablarlo hablarlo, a expresar los temores.
2, En el caso de un acto verdaderamente reprensible por la ley (por ejemplo: atropellar a un peatón con el coche pero no pararse). La única solución es entonces encontrar a la víctima y explicarle el comportamiento. O entregarse uno mismo a la policía para aliviar tu conciencia.
3. Aprender a ser modesto. Nuestras culpabilidades a menudo son desproporcionadas. Incluso hay culpabilidades que podríamos llamar orgullosas, ¡un poco como si estuviéramos convencidos de que el mundo gira en torno a nosotros!
4. Intentar identificar serenamente las razones que nos sumergen en la culpabilidad con el fin de liberarse lo más rápido posible de estos sentimientos negativos. Además, los que se sienten demasiado culpables pueden hacer fácilmente que los demás los vean como realmente culpables.
5. Tomar conciencia de si nuestros valores religiosos y morales de la sociedad se levantan como un ideal difícil de alcanzar, a veces hasta insoportable. Partiendo de aquí, saber que todos somos culpables a la fuerza de nuestras perezas y debilidades cotidianas!
6. ¡Liberarse de toda noción de culpabilidad es imposible! El mayor criminal puede no experimentar ni una pizca de remordimiento por sus malas acciones, y sentirse en cambio muy mal por haber entristeciido a su madre, por ejemplo.
Cada uno tiene sus propias responsabilidades
1. Hay que aceptar el hecho de que no se es responsable de la desgracia de los demás, ¡al menos no totalmente! A decir verdad, no somos responsables más que de nuestros propios actos, pensamientos y palabras. Sin esta toma de conciencia, podemos fácilmente encerrar al otro en un papel de víctima. En una palabra, ¡aceptemos que no podemos controlar todo!
2. Lo más importante consiste sin duda en poder perdonarse. Aunque pueda parecer fácil de decir: “pago mi falta ya que sufro”, verdaderamente no es la actitud que hay que adoptar, porque entonces, nos consideramos entonces como demasiado malos. ¡El objetivo es autorizarse a vivir de nuevo como un ser libre!
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Cariños y sonrisas