Dejemos a un lado las preocupaciones y sorprendámonos de la belleza del cielo, del color de las flores, del frescor de la brisa y de la generosidad del sol. Nos sentiremos parte de la creación, y la vida empezará a tener sentido.
La mayor riqueza es saber apreciar lo que tenemos y lo que somos. Pensar en lo que los demás están haciendo puede darnos dolor de cabeza. En lugar de ello, pensemos en lo que tenemos que hacer. Hagámoslo, y vean cómo se sienten.
Nadie en realidad nos produce intranquilidad. Nosotros mismos somos nuestro propio amigo o nuestro propio enemigo. Son nuestras limitaciones, debilidades, expectativas y hábitos negativos los que nos roba la paz y nos hace sufrir.
Cariños y sonrisas
Irene
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Cariños y sonrisas