Voluntad sin acción es nada.
Cuando nos sentimos decaídos, lo primero que perdemos es la voluntad. «Sabiendo que la voluntad es nuestra capacidad para decidir si realizar un determinado acto o no, ¿por qué escoger quedarse en la oscuridad pudiendo ver la luz?»
Para tener una buena predisposición a la acción voluntaria hay que ser receptivo, priorizar los pasos, visualizar positivamente aquello que queremos que suceda…
Y además, hay que salir de la zona de confort, definiendo zona de confort como todo aquello que nos rodea y con lo que nos sentimos cómodos.
¿Qué hacer para salir de la zona de confort?
Se aconseja al respecto explorar nuevos horizontes y dejar que la vida nos sorprenda. «Perder el miedo a avanzar, a descubrir nuevos mundos y buscar oportunidades que nos aporten nueva sabiduría. Cuando decidimos explorar más allá de los límites que nos autoimpusimos empezamos a entrar en lo que se conoce como la "zona de aprendizaje"».
Cariños y sonrisas
Irene
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Cariños y sonrisas