No se olvida, se supera.
«Superamos relaciones, miedos, malestares, frustraciones, pérdidas y heridas emocionales. Eso sí, el dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional y pensar constantemente en borrar nuestros recuerdos negativos no hará más que hacerlos más conscientes», afirma. Por eso para que un malestar se supere no podemos negar que exista, necesitamos admitirlo para cambiarlo», añade.
Estar pensando todo el tiempo en lo que nos hizo mal, no hace otra cosa que revivirlo. Y pensar todo el tiempo en que hay que olvidar nos hace difícil el superarlo.
Cariños y sonrisas
Irene
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Cariños y sonrisas