Ampliemos nuestra atención a todo lo demás que sí está sucediendo.
Suceden más cosas que aquellas de las que nos estamos preocupando.
Es abrir los ojos y voltear a ver todo el área blanca que existe a pesar del punto negro.
Por ejemplo:
Nuestro cuerpo tiene más salud que enfermedad, si nos duele un lugar del cuerpo no significa que nos duele todo el cuerpo, pongan atención al resto del cuerpo.
Por más mal que nos sentamos, es un hecho que estás vivo, que podemos respirar (aunque a veces sintamos que no).
Cada vez que pensemos en lo que no queremos que suceda, o lo que nos preocupa, preguntémonos en ese momento qué sí queremos que suceda. Dejemos volar la imaginación. Imaginemos lo que sí queremos que pase, visualicemos esas escenas, conectemos con el sentimiento de lo que sí queremos que pase.
Hagamos una lista de mínimo 10 agradecimientos diarios, para reentrenar a nuestra mente a ver lo que sí hay, lo que sí es verdad, nuestra abundancia más que nuestra carencia.
Cariños y sonrisas
Irene
Irene
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Cariños y sonrisas