viernes, 2 de enero de 2015

SONREIR

Desde punto de vista de las relaciones sociales, sonreír atrae hacia nosotros personas positivas y bien dispuestas a darnos una mano. 
Mirémonos alrededor un instante y preguntémonos con honestidad si nos gusta a la compañía de individuos negativos que no logran nunca lucir una sonrisa: la mayor parte de vosotros intenta evitarlos. 
A este punto quizás sería oportuno preguntarnos ¿a los otros les gusta que nos comportáramos de la misma manera?
En un mundo generalmente gris, donde la mayor parte de la gente que lo puebla ha casi olvidado el significado de la Alegría, las personas solares y sonrientes son muy queridas porque traen a nuestra vida aquella “bocanada de aire fresco” que posible día necesitamos. Naturalmente, la existencia no esta hecha de sonrisas y no  es posible evadir los problemas de la realidad circunstante, pero pueden ser afrontadas desde diferentes perspectivas. 
Podemos elegir afrontarlas de manera alegre y encontrar velozmente las soluciones que, lo creáis o no, están bajo nuestros ojos esperando de ser vistas, o bien de llorar como tontos y vivir en la angustia concediendo al mundo externo un poder que no tiene.
La experiencia nos dice  que el único modo posible para vivir bien es siempre experimentar el estado funcional llamado K+, dónde cada problema, por cuanto grande pueda parecernos, trae consigo no solamente la solución sino una recompensa más grande y una enseñanza que enriquecerá nuestro camino.
Cariños y sonrisas
Irene

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Cariños y sonrisas