Si no nos detenemos en las cosas buenas, no les brindamos el tiempo para que se afiancen y van perdiendo poder, no pasan a formar parte de nuestra memoria a largo plazo
Practicar el agradecimiento y el asombro por las cosas bonitas que nos suceden, ayuda a incrementar nuestro estado de gratitud y por lo tanto nos ayuda a ser más optimistas.
Cuando nuestra mente nos fuerce a obsesionarnos en algo negativo debemos aceptarlo, pero tratemos de inmediato prestar atención a encontrar una solución, intentemos discernir qué podemos controlar y qué no de esa situación.
La felicidad es algo que por lo que vale la pena luchar, debemos aprender a sentirla plenamente para brindarle una riqueza emocional positiva a nuestra vida
¿Estamos preparados para convertir a nuestro cerebro en uno más feliz?
Cariños y sonrisas
Irene
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Cariños y sonrisas