lunes, 30 de septiembre de 2019

CÓMO ATRAVESAMOS NUESTRAS TORMENTAS EMOCIONALES? NOS SIRVE PARA CONOCERNOS A NOSOTROS Y A LOS DEMÁS? O SÓLO NOS DEDICAMOS A SUFRIR Y PREGUNTAR: POR QUÉ A MI?

Alguna vez leí que atravesar las tormentas y sacudidas en la vida de las personas siempre ocurren por algo, para que no volver a ser la misma persona de antes de que ocurriese.
La vida siempre nos da 3 opciones: A. esperar que la tempestad pase por el costado, 

B. sumergirnos dentro de ella y generar una rotonda sin salida o 
C. ver la oportunidad de darnos cuenta que es lo que esta situación trae a tu vida, que debes aprender, que debe cambiar y que ya no debe suceder.
Pero la opción nunca será quedarte lamentándote por el paso de lo que te sucede, la finalidad es aprender de ella, limpiar, sanar cada rincón de tu ser, dejar ese pasado, ese lo que me hicieron, lo que me sucedió, no puedo, no lo supero, es difícil...
Cuando pasamos por cosas desagradables sufrimos muchísimo porque decimos “por qué a mí, por qué yo, es una injusticia”, etc. 

Con los golpes fuertes de la vida pueden ocurrir dos cosas: o te hundes, o renaces como una persona mejor que la anterior ya que nos harán cuestionarnos cosas que antes jamás hubiéramos hecho.
Siempre decimos a otros frases del tipo “Lo importante no es caerse, sino levantarse” o “Cometes un error, debes de aprender de él“, 
pero nos cuesta entender cuando nos los dicen a nosotros mismos.
Ojalá pudiéramos darnos cuenta de todo sin que el golpe sea tan duro, pero no hay un manual de instrucciones para la vida. 
Las personas más sabias de la vida adoptan el cambio, pues se dice “no sobrevive el más fuerte sino el que se adapta mejor al cambio”. 
Y el cambio siempre está precedido por ensayo-error, confusión y aprendizaje.
Pensemos en algún error que hayamos cometido en nuestra vida, elijamos el “peor” para nosotros e intentemos  ver el valor del aprendizaje de ese error.
Todos nosotros a lo largo de nuestra vida hemos cometido muchos errores unos más graves, otros más simples, quizás nuestra reacción en un principio sea culparnos de por vida, sentirnos muy mal cada vez que recordamos, pero también es momento de empezar a preguntar:¿Voy a cambiar algo si sigo mirando este error de la misma manera?
Tu y yo sabemos que no, que si ya cometiste este error, es momento de dejarlo atrás y empezar a ver todo el aprendizaje que nos dejó.
Y también hay que tener en cuenta que no todo el apoyo emocional que te den es válido. 
En los malos momentos son en los que yo me conozco de verdad y a los demás también:Ni el príncipe azul que creías es tan apuesto ni tu amiga es la que te abraza. 
Vivir la indiferencia de unos te hará emocionarte con la lealtad, la sensibilidad y la pasión de otros: Las personas honestas y limpias no se valoran por el tiempo que llevan acompañándote, sino cuando su honestidad y bondad resplandece.
Todo pasa, nada es permanente: un dolor o una decepción por más desgarradora que pueda parecer con el tiempo se aplana, se suaviza y se disipa. 
Los errores se superan, se aprende de ellos. 
Gracias a todo lo aprendido, hoy soy mejor persona: No menos sensible, ni inocente, ni tampoco más “avispada”. 
Simplemente soy una persona con las cosas más claras, con capacidad de no escuchar lo que no me interesa y de disfrutar de lo que me apasiona.
Es inevitable que todas las personas volvamos a equivocarnos varias veces en la vida. 
El error es parte fundamental de nuestro crecimiento y evolución.
Pero si aprendemos de nuestros errores la próxima vez caeremos inevitablemente pero nos levantaremos con mayor rapidez. 
Porque si en la vida no cometes errores o no te pasan cosas desagradables a veces, es que no estás viviendo.
Cariños y sonrisas
Irene










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Cariños y sonrisas