No somos perfectos!
Esta es una afirmación que debemos tener clara en nuestra mente.
No somos perfectos pero no pasa NADA.
Es normal que, a veces, nos equivoquemos y que, en estas equivocaciones, podemos herir los sentimientos de alguien a quien queremos o los nuestros propios.
Puede ser que nos hayamos equivocado y que, debido a esto, ahora no podamos levantar cabeza.
Errar es humano, de hecho, cometer errores es parte fundamental en el aprendizaje emocional.
No existe quien no comete fallos y hay que aprender a perdonar, pero también a perdonarse a uno mismo y, así, poder pasar página.
En este artículo vamos a descubrir cómo hacer las paces con uno mismo y volver a querernos y respetarnos.
Todo el mundo se equivoca, lo importante es aprender de nuestros errores e ir convirtiéndonos en mejores personas.
El primer paso es ser positivo.
Si queremos hacer las paces con nosotros mismos es importante que intentemos hacer un cambio de perspectiva sobre nosotros mismos y sobre la vida.
Es probable que nos hayamos equivocado, que hayamos actuado de forma errónea y que, ahora, nuestra conciencia no nos deje respirar.
Pero, dejemos que considerarnos malas personas y admitamos que nos hemos equivocado y que hemos actuado mal.
Si somos capaces de aceptar nuestros errores y de arrepentirnos por ellos, ya estamos teniendo una actitud que mucho dista de malvada ya que estamos siendo empáticos y estamos experimentando el arrepentimiento.
Por tanto, lo primero de todo es que te quites de la cabeza la idea de que eres mala persona porque NO lo eres.
Y tenemos que intentar cambiar nuestra visión de la vida para tener una perspectiva más positiva y optimista.
Para conseguirlo, podemos probar de hacer algunos ejercicios como, por ejemplo, el refuerzo positivo que consiste en repetirse frases motivadoras y optimistas del estilo "Merezco ser feliz", "Puedo conseguir lo que quiera", etcétera.
El segundo paso es relajarse y dejar de autoexigirnos tanto. Muchas veces, el exceso de perfeccionismo puede hacer que nunca estemos contentos ni satisfechos con lo que hacemos. Está bien ser un poco exigente con uno mismo pero nunca sin pasarse.
Debemos apretar cuando debemos apretar pero también felicitarnos cuando conseguimos alcanzar algún logro o superar alguna dificultad.
Carinos y sonrisas
Irene
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Cariños y sonrisas