Aquí van unos consejitos más para ser más optimista en estas épocas difíciles
Saborea las cosas. Date tiempo para apreciar lo que comes, lo que lees o lo que ves.
Disfruta del tiempo que hables con tus hijos, tu novio, tu novia o tus amigos. Olvida el piloto automático.
Si sientes que, a pesar del encierro te falta tiempo, apaga el televisor.
En numerosas ocasiones, la llamada "caja tonta" hace que nos olvidemos de las preocupaciones, pero al mismo tiempo nos impide reflexionar.
Haz cosas que te gusten. Ya sea la fotografía, la danza, el ajedrez o el macramé, por ejemplo. Nadie va a darte una medalla por cargar tu día de obligaciones y, además, negarte momentos para ti hará que tus reservas de optimismo se agoten muy rápido.
Relaciónate. Llama a tus amigos, apúntate a un curso de lo que te guste. Hay muchos cursos gratis en internet. No sentirnos aislados aumenta considerablemente el optimismo.
Si quieres conseguir algo, ve paso a paso. Organízate y ponte metas asequibles a corto plazo. Y felicítate por cada uno de tus logros por pequeños que sean.
Ayuda a los demás. Simplemente ayudar a un vecino mayor a subir la compra a casa nos demuestra que podemos tener un impacto positivo en los demás. Y es que, a través de acciones pequeñas y cotidianas, es posible hacer una buena obra y sentirse mejor. ¿qué esperas?
El optimismo es contagioso.
Rodearte de personas positivas te ayudará a serlo más. Un buen ejercicio es que analices con profundidad qué amigos o compañeros te cargan de energía negativa. Quédate con los que te aporten la positiva, el resto no ayuda.
Carinos y sonrisas
Carinos y sonrisas
Irene
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Cariños y sonrisas