Lo que de verdad buscamos es ser reconocidos, buscamos que se comprenda que nos hemos preocupado, que hemos invertido no solo tiempo, sino también parte de nuestras emociones.
Las personas que no practican el agradecimiento suelen presentar las siguientes características:
Negación emocional: evitan abrirse a los demás y actúan a menudo de modo desafiante o de forma autosuficiente cuando en realidad, carecen de una buena autoestima y son bastante frágiles en su interior.
Actúan con cierto egoísmo, practican la ingratitud y en ocasiones, hasta la soberbia.
El no reconocer a los demás, supone también no reconocerse a ellos mismos, por tanto son personas que carecen de habilidades emocionales.
Para practicar el agradecimiento, debemos ser capaces de abrirnos emocionalmente. Solo así podremos obtener conocimiento de nosotros mismos y los demás, a través de un corazón activo, fuerte y sincero.
2. La gratitud y el reconocimiento son los mejores regalos del ser humano
Pocos valores son tan poderosos como reconocer a nuestros semejantes mediante la gratitud.
3. Ser agradecido no es estar en deuda
Hay quien piensa que el simple hecho de recibir algo y de tener que dar las gracias, supone de inmediato quedar en deuda con esa persona que ha hecho una cosa determinada por nosotros.
El agradecimiento es una actitud que no exige obligaciones, es una forma de ser que trasciende todos nuestros actos.
Si tú haces algo por tu hermano, o por tu amiga, no marcas una «x» en tu agenda, esperando que ese favor se devuelva un día u otro.
Ahora bien, no esperaremos la vuelta de ese detalle, pero lo que sí deseamos es que se nos reconozca.
4. La importancia del agradecimiento personal
Nos pasamos media vida agradeciendo cosas a los demás: la dedicación de nuestra familia, el altruismo de nuestros amigos, el cariño de nuestra pareja o el reconocimiento a esas personas que entran y salen de nuestra vida enriqueciéndola con sus pequeños actos.
Ahora bien, ¿te has detenido en alguna ocasión a agradecerte algo a ti mismo?
¿Qué tal si a partir de ahora actuamos de un modo más humilde y valoramos las cosas más sencillas de nuestra vida?
Da las gracias simplemente por existir, por estar bien, por comprender que no somos más que estrellas fugaces que vienen y van, y que solo buscan vivir la vida con la máxima plenitud. ¿Por qué no?
Cariños y sonrisas