lunes, 30 de abril de 2012

La elección de la mañana

Osho cuenta una historia de un hombre viejo que el  día de su cumpleaños, le preguntaron por qué siempre estaba feliz. Respondió: “Cada mañana, cuando me levanto, tengo la alternativa de ser feliz o infeliz, y elijo ser feliz.”
¿Cómo es que en general elegimos ser infelices?
¿Cómo es que no somos conscientes de esta elección?
Éste es uno de los problemas humanos más complejos.  Tdo el mundo se comporta siempre así,  siempre optando por una vida triste deprimida, infeliz.
Deben existir razones profundas para ello, y de hecho existen:
1º: la forma en que se cría al ser humano juega en esto un rol muy definido. Si estámos infelices, algo ganamos con esto. Si estamos felices, siempre perdemos. Desde el principio, un chico despierto percibe esta diferencia: cada vez que está triste, todos se compadecen de él; obtiene compasión. Todos tratan de ser amables con él; obtiene amor. Y aun más: cada vez que está triste, todos están atentos a lo que le pasa; obtiene atención.y la atención funciona como alimento para el yo. Por eso tanta necesidad de que nos presten atención. Si nadie nos dirige una mirada, nos sentimos como si no estuvieramos allí, ya no existimos, somos un no-ser. El hecho de que los demás nos dirijan una mirada, se preocupen por nosotros, nos da energía.
Cuando un niño está feliz, nadie lo escucha. Cuando está sano, nadie se interesa por ál. Cuando es perfecto, nadie le presta atención.
Entonces, desde el comienzo mismo, empezamos a elegir el aspecto infeliz, triste, pesimista y más oscuro de la vida. Esta es una cuestión.
2º: cada vez que estamos felices, cada vez que gozamos, cada vez que sentimos dicha, todo el mundo se pone celoso, nadie se muestra amigable. Así, aprendemos a no mostrarnos demasiado extasiados, a no exhibir nuestro placer, a no reírnos.
Si nos sentimos extasiados y vamos bailando por la vida, todo el mundo pensará que estamos loco.
Si la gente se vuelve dichosa, la sociedad como un todo se verá obligada a cambiar, pues esta sociedad se basa en la infelicidad. Si la gente se vuelve dichosa, ya no podrá ser llevada a la guerra.  Alguien que es dichoso se reirá y dirá: “¡No tiene sentido!”.
Si la gente se siente feliz, no se la puede obsesionar con el dinero. No desperdiciará toda su vida únicamente acumulando plata.
A la mañana, todo el mundo tiene la posibilidad de elegir. Y no sólo a la mañana: en todo momento existe la alternativa de ser feliz porque hay una inversión.
La desdicha parece estar al bajar de la colina, y el éxtasis, en la cima de ella. El éxtasis parece muy difícil de alcanzar, pero no lo es tanto.
Manténganse atento: en cada momento, cuando estemos por elegir ser desdichado, recuerda que es nuestra elección. Hasta saber esto ayuda: la conciencia de que se trata de nuestra elección, de que somos los responsables, de que esto es lo que estamos haciendo, que es nuestra acción. De inmediato, uno percibe una diferencia. La cualidad de la mente cambia: se torna más fácil para uno avanzar hacia la felicidad.
Y, una vez que sabemos que es nuestra  elección, todo se transforma en un juego. Entonces, si adoramos ser infelices, hagámoslo, pero recordemos que es nuestra elección y no nos quejemos. Nadie más que nosostros somos responsables de ello.
Desde este mismo momento, inténtemoslo: intentemos ser felices y estar llenos de dicha.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu comentario.
Todo me alienta para seguir buscando y compartiendo artículos que nos hagan sentir mejor y con mayor bienestar psicológico.
Cariños y sonrisas