sábado, 21 de abril de 2012

Los 10 factores de la felicidad (Continuación)

Continuando con lo de ayer, les traigo los 5 últimos factores de la felicidad
6- Amistad
Es difícil imaginar una existencia más dura que vivir en las calles de Calcuta.  Pero, a pesar de la miseria, la gente que vive en esas condiciones es más feliz de lo que uno creería. Diener entrevistó a 83 personas de esos tres grupos y midió su satisfacción con la vida. De los tres grupos los que tenían mayor relación con la familia y los amigos eran los más felices. "Creemos que la explicación son las relaciones sociales", dice Diener.Dada la importancia que tiene la familia extendida en la cultura de la India, la satisfacción de los habitantes de los barrios bajos al parecer se deriva justamente de la relación con la familia y los amigos.
7- Matrimonio
Según una revisión de informes de 42 países llevada a cabo por unos investigadores estadounidenses, las personas casadas suelen ser más felices que las solteras.  Plantea una duda interesante: ¿el matrimonio lo hace a uno feliz, o simplemente la gente feliz tiene mayor disposición a casarse? Las dos cosas pueden ser ciertas. En un estudio de 15 años realizado con más de 30,000 alemanes, Diener y sus colegas observaron que la gente feliz tendía más a casarse y a permanecer casada. Sin embargo, cualquiera puede mejorar su estado de ánimo casándose. Asimismo, la gente que al principio es menos feliz suele sentirse más animada con el matrimonio.
Los estudios indican que la unión libre no brinda los mismos beneficios. "Sospecho que a las parejas que viven en unión libre les falta la seguridad que da el acta matrimonial, y por eso no se sienten tan felices", dice Andrew Oswald, "Sabemos, por todos los datos con que contamos, que la inseguridad es nociva para los seres humanos".
8- Fé
De las docenas de estudios que se han realizado sobre religión y felicidad, la gran mayoría han encontrado una relación positiva entre ambas.
Creer en que existe una vida después de la muerte le da sentido y consuelo a muchas personas, además de paliar el sentimiento de estar solas en el mundo, sobre todo al envejecer, explica Harold Koenig, del Centro Médico de la Universidad Duke.  Además, la religión fomenta la interacción y el apoyo sociales. Sin embargo, Koenig considera que no se trata sólo de recibir. "Los estudios muestran que quienes ayudan a los demás se sienten bien consigo mismos, e incluso viven más", dice. Esto, afirman los investigadores, hace que la práctica religiosa sea una fuente de mayor satisfacción que otras actividades sociales.
9- Caridad
Diversos estudios han encontrado una relación entre la felicidad y el altruismo, pero como ocurre con muchos otros rasgos de conducta, no se sabe con certeza si ser caritativos nos hace sentir bien, o si la gente feliz tiende a ser más generosa.
James Konow, economista de la Universidad Loyola Marymount, en Los Ángeles, trató de determinar la causa y el efecto con un experimento. Pidió a unos estudiantes que contestaran un cuestionario, y hacia el final de la sesión les dio 10 dólares a la mitad y les dijo que podían compartirlos con los que no habían recibido nada. Konow observó que cuanto más felices eran los estudiantes en general, más tendían a compartir el dinero. Konow cree que un acto aislado de generosidad no aumenta la felicidad de las personas, pero sí los efectos acumulativos de ser generoso.
10- Edad
La vejez quizá no sea tan mala. "Con todos los problemas que acarrea el envejecimiento, ¿cómo es posible que la gente mayor se sienta feliz?", pregunta Laura Carstensen, profesora de psicología de la Universidad Stanford, en California.
En un estudio, la psicóloga les dio radiolocalizadores a 184 personas de entre 19 y 94 años, y se comunicó con ellas cinco veces al día durante una semana; en cada ocasión les pidió que llenaran un cuestionario sobre sus emociones. Los mayores informaron de emociones positivas casi tanto como los jóvenes, pero menos emociones negativas.¿Por qué los viejos son más felices?. Carstensen cree que, conforme se le va agotando el tiempo, la gente mayor aprende a concentrarse en lo que la hace feliz y a soslayar lo que no.
"No sólo se dan cuenta de lo que tienen, sino de que no es eterno", dice. "Cuando se tienen 85 años, por ejemplo, despedir con un beso al esposo puede generar una respuesta emocional mucho más compleja que el mismo beso a los 20 años".
Queridos, no hace falta llegar a los 80 para darse cuenta de que hay que concentrarse en lo bueno, en lo que nos hace feliz y dejar de hacer y de pensar en lo que no.
Cariños y sonrisas
Irene































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Cariños y sonrisas