Esta no es una pregunta retórica, es una pregunta que hace a la esencia de nuestra felicidad.
El primer paso para amarnos consiste en conocernos,
comprendiendo cómo funcionamos para diferenciar lo que deseamos de lo que
verdaderamente necesitamos para ser felices. Y aunque en un primer momento lo
parezca, este proceso de autoconocimiento no es un fin en sí mismo.
Es el medio
que nos permite adueñarnos de nuestra mente, superando a través de la
aceptación y el amor nuestros miedos, complejos y frustraciones.
Emocionalmente hablando, solo podemos compartir con los
demás aquello que primero hemos cultivado en nuestro corazón. Si no aprendemos
a ser felices de forma autónoma e independiente, es imposible que podamos ser
cómplices de la felicidad de las personas que nos rodean. No en vano, al vivir
tiranizados por nuestras carencias, nos relacionamos desde la escasez,
pendientes de que los demás nos den eso que no hemos sabido darnos. Por el
contrario, al conectar con nuestra fuente interna de bienestar y dicha,
entramos en la vida de los demás desde la abundancia, ofreciéndoles lo mejor de
nosotros sin necesitar ni esperar nada a cambio.
Cariños y sonrisas
Irene
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Cariños y sonrisas