Cada persona es diferente y por eso debemos elegir los momentos que nos sean más adecuados, cuando sepamos que nadie nos va a molestar.
En general, los momentos de transición, como el amanecer o la puesta del sol, son ideales para meditar.
En general, los momentos de transición, como el amanecer o la puesta del sol, son ideales para meditar.
Algunas personas eligen comenzar su día con una sesión de meditación temprana y a otras les funciona mejor la tarde, una vez que han terminado sus labores.
Nada está escrito y lo importante es que escuchemos a nuestro propio cuerpo y aprendamos a elegir el momento que es más apropiado para nosotros.
Nada está escrito y lo importante es que escuchemos a nuestro propio cuerpo y aprendamos a elegir el momento que es más apropiado para nosotros.
Comencemos con un breve calentamiento
Antes de comenzar la sesión de meditación, realicemos algunos ejercicios de estiramiento y respiración para conectarnos con nuestro cuerpo.
De esta manera, lograremos una mejor circulación y sentiremos el cuerpo libre de contracturas y rigidez muscular.
De esta manera, lograremos una mejor circulación y sentiremos el cuerpo libre de contracturas y rigidez muscular.
Es muy importante que logremos un estado de relajación, y para esto necesitamos liberar la tensión de los músculos y eliminar la sensación de pesadez.
Háganlo y veremos que meditar es encontrar en nuestro interior un espacio mágico de luz
Cariños y sonrisas
Irene
Háganlo y veremos que meditar es encontrar en nuestro interior un espacio mágico de luz
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