Cada cierto tiempo viene un remolino que nos desmorona, me causa depresiones fuertes que nos hacen plantearnos cosas complicadas y al tiempo terminamos enfrentándonos a nuestros miedos. Luego viene la paz, una paz interior que nos hace sentir muy bien con nosotros mismos.
He aquí el proceso que hay que pasar para tener una paz interior absoluta.
Enfrentarse a los auténticos miedos
La paz interior no va a llegar si no nos enfrentamos a nuestros miedos, a aquello que no queremos hablar ni tocar y que ignoramos para no sufrir. Así que no es bueno tener miedos sin expulsar dentro nuestro, son como fantasmas que nos van a agarrar muy fuerte como no hagamos algo. Así que enfrentémonos a nuestros miedos, lo pasaremos mal, pero luego vendrá la paz.
Luego de la tormenta viene la paz
Al enfrentarnos a nuestros miedos, ya sea por decisión nuestra o porque no ha quedado más remedio. Estaremos tristes, sin embargo es un proceso que merece la pena. Primera, porque maduramos y entendemos mejor nuestros miedos, y segundo porque es un miedo que a partir de ahora ya no nos molestará más.
Es algo a lo que hay que enfrentarse y cuánto antes mejor. No podemos esconder la cabeza bajo tierra y negarlo todo. Algún día deberás enfrentar tus miedos y cuanto antes mejor.
Relájate y disfruta tu paz interior
Cuando hayamos pasado el proceso de tormenta (pena, contradicciones…) entonces vendrá una paz interior, dónde dejaremos de deprimirnos inútilmente y alcanzaremos una plenitud con nosotros mismos.
Alcanzar la paz interior es importante, no podemos pasarnos toda la vida esquivando aquello que no nos gusta y escapando de nuestros miedos, todas esas espinas clavadas son las que nos impiden ser felices, estar en paz con nosotros mismos.
Así que enfrentémonos a nuestros miedos más profundos, pasa la tormenta, luego relájense y disfruten de la enorme paz interior que sobreviene.cariños y sonrisas
Irene
Irene
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Cariños y sonrisas