La música genera una sensación de bienestar en la persona ya que las emociones que despierta la música permiten la dilatación de los vasos sanguíneos lo que favorece la circulación y previene la aparición de coágulos y el colesterol malo.
El investigador Michael Miller observaba: «Habíamos demostrado anteriormente que las emociones positivas, como la risa, eran buenas para la salud vascular, por lo tanto una pregunta lógica era si otras emociones, como las evocadas por la música, tenían un efecto similar». Y añadía: «La escucha activa a la música evoca esas emociones positivas, en parte debido a la liberación de endorfinas», que como sabemos son conocidas como las «hormonas de la felicidad», sustancias químicas producidas por el organismo que generan bienestar.
También hay una investigación de la Universidad de Brunel en Londres que demostró que la música mejora la actuación atlética de las personas en los gimnasios. Los Red Hot Chili Peppers, Madonna, Queen o Rihanna, aumentan la resistencia hasta en un 15%.
Y en la Universidad de Stanford se descubrió que las sinfonías del siglo XVIII mejoran la capacidad de concentración.
Y en la Universidad de Stanford se descubrió que las sinfonías del siglo XVIII mejoran la capacidad de concentración.
Es decir, la música mejora la circulación sanguínea, la capacidad de ejercitarse y la concentración.
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Cariños y sonrisas
Irene
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