Sin embargo existen trucos, que de tan obvios se nos olvidan muy fácilmente y no viene mal que los recordemos de vez en cuando:
1) Fuera negatividad.
Es muy
obvio, pero es fundamental.
2) Dejemos de compararnos, que, por desgracia, es algo intrínseco al ser humano.
Con envidia o sin ella, todos tendemos a compararnos, a comparar nuestras vidas con las de otros, las casas, los coches, trabajos, vacaciones…para bien o para mal.
El problema es cuando sólo vemos lo bueno y mejor de los demás, no el conjunto en sí.
Ya lo dice el dicho, las comparaciones son odiosas, y son la vía más rápida para sentir frustración.
Con envidia o sin ella, todos tendemos a compararnos, a comparar nuestras vidas con las de otros, las casas, los coches, trabajos, vacaciones…para bien o para mal.
El problema es cuando sólo vemos lo bueno y mejor de los demás, no el conjunto en sí.
Ya lo dice el dicho, las comparaciones son odiosas, y son la vía más rápida para sentir frustración.
3) Seamos agradables con
los demás. Aunque no lo sean con nosotros, esforcémonos en ello. Una conciencia
tranquila es un valor seguro para la felicidad.
4) Perdonémonos. Nos
autoexigimos constantemente sin medida.
Vivir en una perpetua sensación de fracaso por no alcanzar las metas propuestas no ayuda en absoluto en nuestro camino a la felicidad.
Si no llegamos, no pasa nada. Mañana lo volvemos a intentar, no significa que no sea lo suficientemente buena, simplemente lo mismo no estábamos suficientemente preparad@s o no era el momento.
Vivir en una perpetua sensación de fracaso por no alcanzar las metas propuestas no ayuda en absoluto en nuestro camino a la felicidad.
Si no llegamos, no pasa nada. Mañana lo volvemos a intentar, no significa que no sea lo suficientemente buena, simplemente lo mismo no estábamos suficientemente preparad@s o no era el momento.
Mañana seguimos, porque son varios pero vale la pena recordarlos
Cariños y sonrisas
Irene
Cariños y sonrisas
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Cariños y sonrisas