Metas a las cuales sea relativamente fácil llegar y poco a poco las vamos aumentando, y veremos que paso a paso estamos consiguiendo lo que nos proponemos.
Si fracasamos, aprendamos de ello sin culparnos de nuestros errores, ya que fallar es una manera de saber cómo hacerlo de manera distinta la siguiente vez.
Atrevámonos a afrontar retos.
4. No nos comparemos
Cada persona es un mundo y cada uno es el dueño del suyo. Centrémonos en nosotros. En nuestra vida.
Envidiando e idealizando la vida del resto lo único que conseguiremos es sentirnos desgraciados
5. Aceptarnos y perdonarnos
Escribamos una lista en la que describamos todo aquello que no te gusta de y todo aquello de lo que te sientes culpable. No te dejes nada. Léela con atención y valora lo que puedes mejorar. Despídete de esa carta y pártela en mil pedazos. A partir de ese momento empieza de cero, con todo lo que has aprendido pero dejando atrás la culpabilidad. Aún estás a tiempo de hacer borrón y cuenta nueva.
Pongan manos a la obra y empiecen a practicarlos
Cariños y sonrisas
Irene
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Cariños y sonrisas