En un estudio de 1996, en Psychology and Aging, hecho en más de 1.000 adultos mayores entre 60 a 86 años de edad durante un período de cinco años, y se encontró que los más curiosos al inicio del estudio eran más propensos de estar vivos al final, incluso después de tener en cuenta la edad, si fumaban, la presencia de cáncer o enfermedad cardiovascular, y así sucesivamente.
Es posible que la disminución de la curiosidad sea signo inicial de la enfermedad neurológica y deterioro de la salud. Sin embargo, hay signos prometedores: el aumento de la curiosidad reduce el riesgo de estas enfermedades y puede incluso revertir algunos de la degeneración natural que se produce en los adultos mayores.
En su libro, El Poder de Premoniciones (Dutton, 2009), Larry Dossey, MD, cita estudios que han demostrado que las mujeres que asumen experiencias innovadoras eliminando rutinas familiares, conservan sus facultades mentales más tarde en la vida. ” En pocas palabras, una dosis regular de lo inesperado, ayuda a mantener al cerebro sano”.
Un informe de 2005 de la revista “Psicología de la Salud” describe un estudio de dos años en el que participaron más de 1.000 pacientes que encontraron los niveles más altos de la curiosidad también se asociaron con una menor probabilidad de desarrollar hipertensión y diabetes.Estas relaciones sugieren que la curiosidad puede tener una variedad de conexiones positivas con la salud que merecen mayor estudio.
Tratemos de ser creativos y no rutinarios!
Cariños y sonrisas
Irene
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