Simple, podemos encontrar la felicidad aún cuando no tengamos todo aquello que anhelamos en la vida.
Uno decide ser feliz a lo largo del camino independientemente de cuales sean los resultados.
La felicidad llega cuando uno tiene una sana actitud ante la vida. Cuando se es capaz de poner las cosas en perspectiva.
Cuando nos sentimos bendecidos por todo lo que sale bien, y tomamos los desafíos que la vida nos presenta con una sana actitud de superación y desarrollo personal.
Podríamos decir que eso es una actitud conformista, para algunos puede parecer una tontería, pero si lo vemos bien, ¿no se gana más con ser positivo que con ser negativo?
Somos capaces de ser felices a partir de que tomamos la decisión de serlo.
El psicólogo Yves Thalmann dice que la felicidad está, por supuesto, ligada a la sensación de ser feliz. Sin embargo, no podemos elegir todo lo que sentimos, ya que no podemos optar por tener un determinado temperamento, predisposición o tendencias a sentir emociones definidas.
Pero la felicidad es también una manera de ver las cosas y, por lo tanto, es el resultado de nuestros pensamientos: nosotros podemos elegir -de manera consciente- nuestra forma de pensar y enfrentarnos a los hechos.
Pensemos positivo y seremos más felices
Cariños y sonrisas
Irene
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Cariños y sonrisas