Entonces, ¿cómo conseguir ser imperfectamente feliz? Aquí, 10 premisas “liberadoras del alma”, como el psicólogo Riso las define:
PRINCIPIO Nº1: No nos maltratemos
“La sociedad tiene una estúpida costumbre de aporrear el ‘yo’ para sentirse satisfecho”, dice el psicólogo. Y si nosotros no nos queremos, ¿Quién nos querrá?
Hay que partir por casa y olvidar el “azote irracional”. “Tenemos que aceptarnos radicalmente”. Y aceptarnos como seres perfectibles.
Hay que partir por casa y olvidar el “azote irracional”. “Tenemos que aceptarnos radicalmente”. Y aceptarnos como seres perfectibles.
PRINCIPIO Nº2: No nos comparemos
Vivimos midiéndonos en otros pero según este experto eso sólo nos llevará a perder tiempo y, peor aún, nuestra esencia y, por lo tanto, no avanzamos”.
Para conseguir ser feliz, el especialista recomienda “competir con uno mismo sólo en la medida en que ello nos haga sentir bien”.
PRINCIPIO Nº3: Atrevámonos a dudar
La clave estaría en arriesgarse y probar caminos. “Creer que una persona, por más segura que sea, no tiene dudas, es irracional”.
Por eso llama hay que tener‘inquietudes motivadoras’, que nos inspiren a buscar respuestas. Permitámonos cuestionar.
Por eso llama hay que tener‘inquietudes motivadoras’, que nos inspiren a buscar respuestas. Permitámonos cuestionar.
PRINCIPIO Nº4: Nademos contra la corriente
“Acostumbramos a pensar que los ‘bien educados’ son los callados, alejados de las costumbres animales”, afirma Riso. Pero eso a la larga sólo nos lleva al estrés y a que el sistema inmunológico se debilite, incluso a riesgo de contraer cáncer.
Pero, no seamos literales: “No se trata de comportarse mal, sino de mostrar los sentimientos y las emociones”.
Pero, no seamos literales: “No se trata de comportarse mal, sino de mostrar los sentimientos y las emociones”.
PRINCIPIO Nº5: No busquemos ser el ‘mejor’
Aquí una de las premisas centrales de la teoría. “No hay que buscar estar en el primer lugar a costa de sufrimiento inservible”. La clave estaría en “disfrutar lo que hacemos hasta sentirnos realizados con nuestro desempeño”. Todo lo demás sería una “obsesión sin sentido”, dado que la perfección no existe y no podemos desvivirnos por un fin irracional. “Cuando disfrutamos lo que hacemos, no sentimos angustia y hasta pagaríamos por hacerlo"
Cariños y sonrisase
Iren
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Cariños y sonrisas